Bankia es un arma de doble filo
La friolera del rescate de 19.000 de euros de Bankia es un arma de doble filo. La entidad crediticia ha pedido al Gobierno más de lo esperado para cubrir su agujero de capital. El apoyo del Estado apuntalará una institución sistémica. Pero el tamaño de la limpieza implica que otros prestamistas débiles también están cortos de efectivo. Es poco probable que Madrid pueda llenar por sí mismo esa brecha.
La recapitalización de BFA, el propietario de Bankia, parece contundente. El nuevo consejo de administración del banco -afortunadamente libre de políticos- ha subido de forma decisiva las provisiones. Estas cubrirán el 13,1% de la cartera crediticia total de Bankia y el 50% de toda su exposición inmobiliaria. El capital principal de la entidad alcanzará un respetable 9,5%.
Los accionistas de Bankia, que poseen el 55% de una empresa con una capitalización de mercado de 3.100 millones de euros, probablemente sufrirán una dilución masiva. A pesar de que tendrán el derecho a participar en la ampliación de capital por 12.000 millones de euros de Bankia, que será suscrita por BFA, esos derechos seguramente no tendrán valor. Queda por ver qué pasara con los 4.000 millones de euros en participaciones preferentes, pero no se van a convertir en acciones, dado que pertenecen en su mayoría a inversores.
La amplitud de la limpieza despierta interrogantes sobre pérdidas no reconocidas en otros bancos. Es cierto que Bankia tenía la mayor exposición inmobiliaria del sector, y una gran parte del agujero se debe a la pérdida de valor de participaciones en sociedades cotizadas y a créditos fiscales. Pero Bankia también asume que del 8% al 10% de sus hipotecas irán mal -más de tres veces la media del sector-.
Tampoco está muy claro dónde puede encontrar Madrid el capital adicional. El fondo de rescate bancario de España, el FROB, tiene solo 5.300 millones de euros, una fracción de los 50.000 a 100.000 millones que los analistas estiman que se necesita. Una opción sería inyectar capital en forma de bonos soberanos españoles que Bankia podría intercambiar por dinero en efectivo con el Banco Central Europeo. Pero este apaño socavaría el objetivo de restaurar la confianza en el sector financiero. España se resiste a pedir ayuda a Europa. El rescate de Bankia significa que se está quedando sin argumentos.