Adelson, promotor de Eurovegas, eleva su fortuna en 3.392 millones en un solo día
Sheldon Adelson, propietario de Las Vegas Sands, elevó su fortuna en 4.410 millones de dólares (3.392 millones de euros) el pasado 2 de marzo. Ese día ejecutó opciones sobre 87,5 millones de acciones del grupo que había adquirido en 2008 a un precio de seis dólares.
Mientras lo más granado de la política y la empresa de Madrid y Barcelona tratan de ganarse a Sheldon Adelson, el propietario de Las Vegas Sands culminó la jugada de su vida el pasado 2 de marzo. El empresario estadounidense ejecutó ese día opciones sobre 87,5 millones de acciones que había adquirido en noviembre de 2008 a un precio de seis dólares por título, según ha informado la compañía en un comunicado enviado a la SEC este mes.
El 2 de marzo, Las Vegas Sands cerró en la Bolsa de Nueva York a un precio de 56,38 dólares por título: Adelson, con algo más del 50% del capital de la multinacional, incrementó el valor de su participación en la compañía de complejos de ocio y juego en 4.140 millones de dólares, unos 3.392 millones de euros, en un solo día.
Ni los Pelayos -la popular familia española que durante el verano de 1992 recorrió casinos de media Europa con un supuesto método infalible para ganar en la ruleta- han hecho nunca mejor jugada. Pero tampoco hay jugador que haya arriesgado tanto como el propietario de Las Vegas Sands.
Porque Sheldon Adelson se jugó 525 millones de dólares (412,3 millones de euros), que desembolsó en metálico, en noviembre de 2008 en las opciones sobre las 87,5 millones de acciones de Las Vegas Sands que ha ejecutado recientemente.
Futuro incierto... en 2008
A finales de 2008 el futuro del grupo era incierto. Lehman Brothers había quebrado en septiembre; el tercer mayor banco del mundo era la principal entidad financiera con la que operaba Las Vegas Sands. La compañía de Adelson había llegado a sobrepasar la barrera de los 100 dólares por acción a principios de ese mismo año. Pero, tras la caída de Lehman, sus acciones se derrumbaron. A pesar de todo Adelson no se arrugó. Lo apostó todo por su compañía en el peor momento posible. El fundador de Las Vegas Sands adquirió las opciones sobre 87,5 millones de acciones del grupo cuando estas cotizaban por debajo de los cinco dólares a un precio de seis dólares por título. Y en los primeros meses de 2009 el valor de una acción de Las Vegas Sands llegó a caer por debajo de los dos dólares.
Adelson no solo apostó por invertir en acciones de la compañía, sino que también apostó por ampliar el negocio del grupo. Ese mismo año abrió un nuevo complejo hotelero en Macao. Y mantuvo sus planes de abrir otro gran complejo en Singapur, por el que logró la licencia de edificación en 2006, en Marina Bay.
La crisis financiera mundial retrasó los planes originales de abrir Singapur en 2009. Finalmente, en junio de 2010 se inauguró oficialmente Marina Bay Sands, el mayor complejo de ocio y convenciones de Asia. Hoy, los mayores ingresos de Las Vegas Sands provienen de sus complejos en Macao y Singapur.
En 2011 el grupo de Adelson registró el mejor ejercicio de su historia, facturando más de 6.800 millones de euros. Sheldon Adelson cobró de Las Vegas Sands el año pasado 13,8 millones de dólares (10,4 millones de euros). Entre enero y marzo de 2012 Las Vegas Sands ha vuelto a registrar su mejor trimestre. La participación de Adelson en el grupo ronda una valoración cercana a los 17.000 millones de euros.
Pero la partida no ha terminado. Tanto la acción como el negocio de Las Vegas Sands se han recuperado en los últimos años gracias a la apuesta personal de Adelson por el valor en Bolsa de la compañía y por la apertura de nuevos complejos en Asia. La próxima jugada pasa por iniciar la edificación de un nuevo macrocomplejo de ocio y juego en Madrid o Barcelona -el grupo tomará la decisión definitiva en unos días previsiblemente- y en otras localizaciones asiáticas. La deuda del grupo aumentará. Las principales economías asiáticas hacen oídos sordos a la dura crisis que se vive en las economías occidentales. Pero ninguna economía es inmune a la depresión.