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Entrevista en 'El País' del presidente del grupo constructor

Sacyr ve razonable vender parte de Repsol cuando compense el precio

El presidente de Sacyr Vallehermoso, Manuel Manrique, ha reconocido que hoy por hoy no es "sensato" vender el 10% que tienen en Repsol y ha asegurado que lo "razonable" es desprenderse de una parte de su participación cuando compense el precio de compra, según una entrevista publicada hoy por El País.

En una entrevista publicada hoy por el periódico El País, el máximo directivo del grupo ha explicado que si finalmente se opta por vender parte de las acciones de la petrolera, que cotizan a 14 euros desde los 24 a los que estaba en Navidad, el beneficio obtenido se emplearía en pagar parte de la deuda y en financiar el resto a más largo plazo.

En este sentido, ha señalado que si el precio fuese aún más "atractivo" se podría aprovechar la oportunidad para desprenderse de una participación que actualmente consideran estratégica pero que si se reduce por debajo del 10 % ya no lo sería.

Con respecto al endeudamiento del la compañía, que se ha reducido desde los 21.000 millones iniciales a 8.800 millones, Manrique ha subrayado que el crédito sindicado de 5.000 millones de euros que la compañía tenía asociado a su participación en Repsol estuvo "a punto de llevar a la ruina" a Sacyr.

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Esta situación, que llevó a la empresa a vender la mitad de su participación en Repsol -que en esos momentos era del 20 %- a la propia petrolera por 2.572 millones tuvo un "sabor agridulce" para Manrique ya que "a nadie le agrada vender algo a mucho menos de lo que lo compró".

Sin embargo, el actual presidente de Sacyr ha explicado que esta operación era "la menos mala" y que se hizo lo mejor dentro de lo posible ya que la constructora había entrado en Repsol a un precio alto.

Sobre su papel en la salida de Luis del Rivero como presidente de Sacyr el 21 de octubre de 2011, Manrique, que votó en contra de su permanencia, ha reconocido que su decisión fue "uno de los momentos más duros de su vida" pero que se vio obligado a adoptarla porque era "imposible" refinanciar los 5.000 millones de Repsol y tenían además en contra a los accionistas, al Gobierno, a la oposición y al sistema financiero.

"Afortunadamente hoy la situación está controlada", ha subrayado, al tiempo que ha indicado que hay que hacer compatible la participación que tiene la compañía en Repsol con el objetivo de reducir el apalancamiento.

Con respecto a la estrategia de la compañía a partir de ahora, Manrique ha resaltado que la pauta pasa por rotar o vender los activos que no aportan valor a fin de destinar los fondos a nuevos proyectos centrados en el negocio principal de la compañía.

La compañía tiene previsto desarrollar la concesión y construcción en el exterior y potenciar su división industrial incluyendo la parte vinculada a petróleo y gas y, pese a la nacionalización de una filial de Red Eléctrica en Bolivia, la constructora seguirá invirtiendo en el país puesto que las relaciones con el Gobierno local son "satisfactorias".

"Hemos comprobado que el crecimiento a base de deuda no es la mejor de las políticas", ha insistido, y "a posteriori también hemos visto operaciones que no han sido buenas como la incursión en Eiffage o la compra de Europistas", ha asegurado.

Por otro lado, la compañía espera obtener beneficios este primer trimestre después de perder 1.604 millones en 2011 tras su desinversión en Repsol y confía en que el plan de pago a proveedores se cumpla "en cuestión de semanas o pocos meses".

Asimismo, Manrique ha indicado que el Gobierno tiene que tomar medidas contundentes y rápidas para generar confianza y reducir el déficit público y ha añadido que espera que la economía toque fondo después del verano para ir a mejor a partir de entonces.

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