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Columna
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No basta solo con la austeridad

En el debate creciente sobre qué podría hacer Europa para impulsar el crecimiento, una sugerencia ha sido mejorar el uso de los fondos estructurales de la UE para mitigar el dolor de la austeridad. Pero los fondos tardan tiempo en funcionar y sus antecedentes son irregulares. Incluso si se mejora su uso, el beneficio inmediato sería más simbólico que económico.

Los tres fondos estructurales y de cohesión fueron diseñados para promover el crecimiento y reducir las desigualdades en la UE, financiando infraestructuras o proyectos de investigación. Unos 223.000 millones de euros tienen que ser pagados a Estados miembros en el periodo 2007-2013, de los que 80.000 no han sido designados a proyectos específicos. Una parte podría ser reasignada a nuevas iniciativas para impulsar el crecimiento, financiando la educación o combatiendo el paro juvenil.

El primer problema es que los fondos no solo son para la eurozona. Juegan un papel crucial ayudando a los países más pobres, particularmente los del este de Europa.

Y los fondos necesitan tiempo para funcionar. Los países pueden pelear para cofinanciar los proyectos, que pueden quedar bloqueados en los atolladeros burocráticos locales. En Italia, solo el 25% de los fondos para 2007-2013 han sido pagados.

Finalmente, los antecedentes son irregulares. Un informe de 2006 los encontraba ineficaces, pese a algún éxito. Una auditoría reciente sobre 27 puertos marítimos financiados en España, Francia, Italia y Grecia entre 2000 y 2006 encontró que los proyectos carecían de planificación y supervisión.

Los fondos pueden ser más efectivos en el futuro. La CE ha reducido las necesidades de cofinanciación y está ayudando a financiar proyectos a través del Banco Europeo de Inversiones. Trabaja con los Estados miembros para utilizar los fondos de una mejor manera. Usar estos para proyectos multinacionales puede salvar los problemas regionales. También traen otro beneficio. No impulsan el crecimiento de forma masiva en el corto plazo, pero da pruebas a los contribuyentes de los beneficios de ser parte de Europa. No harán más agradable la austeridad, pero pueden ayudar a limitar el populismo europeo.

Por Neil Unmack

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