Nomura, poco a poco, se estabiliza
Poner en escena una impresionante recuperación ayuda a empezar desde abajo. Ese es el caso de Nomura, que ha cosechado su mejor beneficio trimestral en dos años. La buena salud de los mercados locales como una mejoría en las transacciones mundiales han contribuido, mientras que el ahorro de costes debería ayudar en el año próximo.
Empecemos con lo positivo: el rebote en las acciones japonesas impulsó el negocio bursátil de Nomura, que generó el doble de los ingresos antes de impuestos de los tres últimos meses de 2011. Y pese a que la división al por mayor de Nomura vio cómo su contribución caía dos tercios de un trimestre a otro, el negocio de valores repuntó. Dado que toda la industria se benefició del reciente rally del mercado, no es sorprendente. Pero Nomura rompió la tendencia con un buen rendimiento en el último trimestre de 2011. Además, los números de Nomura se resintieron por los gastos excepcionales derivados de los recortes en los costes acometidos en el último ejercicio.
Esto debería convertirse en un buen punto de partida para los meses venideros. Sin embargo, el rebote fue favorecido por la unidad inmobiliaria, que dejó los números rojos, y por las ganancias en su cartera de renta variable. La renovada crisis de la eurozona hace que el banco difícilmente pueda contar con un repunte estable en ese mercado. Y comparado con la competencia, sigue teniendo un peso menor en EE UU donde la actividad ha sido fuerte durante el año.
En cuanto al balance, Nomura consiguió recortar sus activos de riesgo en un 7% en el trimestre, impulsando su ratio de capital al 14,1%. Pero como sus rivales, el banco debe prepararse para la llegada de las nuevas regulaciones de Basilea III. Nomura duda del impacto que tendrán las nuevas normas, aparte de tener que comprometerse a mantener un ratio de capital de al menos 10%. Pero sus reservas tendrán que crecer o su balance tendrá que reducirse. Eso no ayudará al retorno de capital del banco, que se mantuvo en un débil 4,2% en el último trimestre. Nomura tiene mucho que hacer.
Por Peter Thal Larssen