Los accionistas alzan la voz
La semana pasada, cerca de la mitad de los accionistas de Citigroup votaban en contra del plan de pago a los ejecutivos del banco. Ahora Barclays, que se enfrentaba a una revuelta similar en su reunión anual de esta semana, se ha movido para evitar un resultado tan doloroso.
Los inversores estaban furiosos por la decisión de Barclays de premiar al consejero delegado, Bob Diamond, con un bonus de 2,7 millones de libras, el 80% del máximo, por 2011. La oferta de paz del banco apuntaba a la fuerza de la opinión de sus accionistas. Sin duda que la humillante experiencia de Citi estaba en sus mentes. Tanto Diamond como Chris Lucas, el director financiero, perderán la mitad de su bonus de 2011 a menos que Barclays aumente su rentabilidad financiera, que fue de un bajo 6,6% el año pasado, por encima de su 11,5% de coste de capital. De todos modos, los dos tienen aún tres años y medio para lograr el objetivo. Y los inversores preguntarán por qué la otra mitad del pago no está sujeta a la misma condición.
Algunos accionistas darán la bienvenida al hecho de que Barclays parezca escuchar. Pero esta concesión es solo parcial: los inversores también estaban preocupados por la falta de previsión dados los 5,7 millones de libras pagados por impuestos de compensación a Diamond cuando se convirtió en contribuyente británico.
El giro de 180 grados del banco deja otra pregunta: ¿por qué el comité de remuneración de Barclays, encabezado por el banquero Alison Carnwath y que incluye al presidente Marcus Agius, no adoptó una línea más dura después de la actuación que el propio Diamond describió como "inaceptable", y después de que dos de sus rivales en Gran Bretaña renunciaran a su pago anual? Las concesiones de última hora de Barclays podrían esquivar el fracaso del estilo de Citigroup, pero ha hecho poco para calmar el descontento a largo plazo de los accionistas.