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Columna
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La sinceridad a medias de Buffett

Warren Buffett parece haber aprendido algo de otro titán empresarial. El icono de la inversión, de 81 años, reveló el martes que le ha sido diagnosticado un cáncer de próstata en su fase primera, y se comprometió a mantener informados a los accionistas sobre su estado de salud. Su sinceridad contrasta con la línea en la que Steve Jobs se reservó los detalles de su enfermedad. Desafortunadamente, Buffett sí está envolviendo su sucesión en un misterio similar al del jefe de Apple.

El pronóstico suena bien para el Oráculo de Omaha. Los doctores le han dicho que su vida no corre peligro por el cáncer, habitual en un hombre de su edad, y que no se ha extendido a otras partes de su cuerpo. Planea seguir al frente de Berkshire Hathaway mientras sigue un tratamiento de quimioterapia de dos meses en verano.

Jobs, pese a ser más joven, afrontó una enfermedad más dramática. Pero en los años posteriores al diagnóstico se mostró reacio a mantener informados a los accionistas acerca de su tratamiento o, como se vio después, de la ausencia del mismo. El biógrafo de Jobs escribió que durante meses se negó a ser intervenido quirúrgicamente de su cáncer de páncreas. Apple insistió en que su salud era un asunto privado. Bien podría serlo, pero el aspecto demacrado de Jobs alimentó a los medios de comunicación y la especulación en el mercado. Por desgracia, la sinceridad de Buffett no se ha extendido a la identificación de su sustituto. Extrañamente, hace dos meses dijo que ya tenía hecha su elección, pero el interesado aún no lo sabía. Eso deja abierta la posibilidad de que el señalado pueda no querer el trabajo de gestionar un conglomerado de 200.000 millones de dólares, algo con lo que incluso Buffett y su socio Charlie Munger han luchado en los últimos años. Y dado que uno de los posibles candidatos, David Sokol, dimitió en medio de un escándalo el año pasado, los accionistas no deberían tener una fe ciega en las habilidades de selección de Buffett.

Por Jefrey Goldfarb

Este espera quedarse por un tiempo. La confianza es lo suficientemente grande como para comprender que debe revelar quién seguirá sus pasos.

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