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Frédéric Logodin. Director general de Provalliance España

"La empresa ha de tener valores para ser longeva"

Afirma que en esta crisis es mejor estar en un barco grande y que la mujer española sigue cuidándose más que la europea.

No es peluquero, pero se lanzó a ese negocio desde su formación empresarial. Frédéric Logodin (Burdeos, 1967) trabajaba en el grupo L'Oréal hasta que vio la oportunidad en el mundo de los salones gracias a las franquicias de Franck Provost. En 2008 lideró la fusión de esa cadena con Jean Louis David, de la que surgió el grupo Provalliance. Actualmente la compañía cuenta con 112 franquicias y 30 peluquerías propias en España de las dos insignias y de Pelu&Co, dirigida a los más jóvenes.

¿Qué diferencia hay entre sus marcas?

Frank Provost está dirigida a un poder adquisitivo medio-alto, a una mujer glamurosa. Jean Louis David es urbano y más de tendencia. Pelu&Co para quien busque value for money y un ambiente relajado.

¿Cómo afecta la crisis al mundo de la peluquería?

Se va menos a la peluquería. La frecuencia ha bajado dos puntos, de ocho o nueve servicios por año a seis.

¿Ha tenido que tomar medidas?

Poco. Hemos seguido creciendo. Lo que sí notamos es que la gente viene menos a la peluquería, por lo que debemos ser más estrictos en nuestra gestión. En periodo de crecimiento uno tiene la tendencia a relajarse, y en periodo de crisis hay que apretar las clavijas.

¿El gasto por cliente se reduce?

No. Porque no hemos seguido aumentando el precio de forma razonable y porque la mujer viene menos pero gasta más. El mercado ha caído un 7% en cuanto a frecuencia pero en facturación habrá caído un 3%. Estamos hablando de un negocio a prueba de crisis. Lo último donde se ahorra es en la peluquería.

¿Qué planes tiene para España?

Queremos ser líderes en España como ya lo somos en Europa. Vamos a poner todos los medios para conseguirlo. La idea es abrir 20 salones este año.

¿La franquicia sigue viva?

Más que nunca. En esta tormenta económica es mejor estar en un barco grande y potente con solvencia financiera y medios que estar solo. La unión hace la fuerza y las mujeres buscan marcas de confianza. La prueba es que los salones de cadena están resistiendo mejor la crisis que los independientes.

¿La gente busca más servicios personalizados y se aleja de las cadenas?

Estamos viendo que hay una vuelta al negocio de proximidad y personalizado. Los salones del centro de la ciudad resisten mejor que los que están en los centros comerciales. Obviamente vemos una oportunidad en tiendas a pie de calle, donde los alquileres se han adaptado a la nueva realidad económica y nuestra clientela lo asocia a la proximidad.

¿Qué valores manejan?

Tenemos pasión por el cliente, profesionalidad, trabajar en equipo con el franquiciado, seriedad y confianza. Las compañías son como las personas, deben tener buenos valores para tener longevidad en el mercado.

¿Qué buscan en sus peluqueros?

Deben tener nuestros valores. La mejor forma de transmitirlos a los clientes es a través de los peluqueros. Deben tener seriedad, profesionalidad, pasión por el cliente, obviamente calidad técnica para estar a la altura de la marca y capacidad de evolución. Es más importante una buena actitud que un nivel técnico, que se la damos a través de la formación.

¿Es fácil encontrar a este profesional?

Aunque hay poco paro en la peluquería, los grandes grupos tenemos la posibilidad de acceder más fácilmente a peluqueros de calidad. Antes, los muy buenos peluqueros querían siempre abrir su propio negocio. Hoy en día es una tendencia menor, porque es más complicado empezar con garantías.

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