Hong Kong, un paraíso para ricos
Está cambiando la corriente para los magnates de Hong Kong? Podría ser así para Raymond y Thomas Kwok, magnates de la propiedad detenidos por la comisión de control de la corrupción por supuesto soborno. Pero los multimillonarios pueden relajarse: Hong Kong sigue siendo un refugio de bajo riesgo para ellos.
Los Kwok, que copresiden Sun Hung Kai Properties, son el pez más grande que el controlador de la corrupción ha intentado pescar desde que fue fundado en 1974. Pero Hong Kong sigue siendo muy limpio, estando mejor que Reino Unido en el ranking de corrupción, según Transparency International. Los escándalos ocurren, pero cuando lo hacen prevalece el Estado de Derecho. Una preocupación mayor para los inversores es la intromisión política. El nuevo líder de la ciudad, Chun Ying Leung, es visto como un enlace de Pekín. Pero la investigación contra los Kwok ha estado cocinándose durante meses, antes de que Leung ganara las elecciones. Por otra parte, mientras que Pekín sí puede manipular fácilmente el acceso de Hong Kong a los mercados del continente, no puede tocar el sistema legal. Su judicatura es independiente: su fiscal jefe es australiano.
Algo que debería preocupar a los magnates es su utilidad para Pekín. Cuando Hong Kong fue entregada a China por Reino Unido en 1997, el apoyo del fundador de Cheung Kong, Li Ka-Shing, ayudó a asegurar una transición estable. Ahora él y sus homólogos, como los Kwok, representan muy poco. Pero hay maneras más efectivas para derrocar a los oligarcas. Los precios de la vivienda en Hong Kong están en niveles de 1997. El Gobierno limita la oferta de terrenos, inflando los ingresos de unos pocos promotores. Creando una nueva oferta los precios bajarían, quitando a los magnates algo de su magia. En contraste, una profunda represión política provocaría una importante huida de capital.
El apuro de los Kwok debería ser visto como lo que probablemente es: un observador independiente haciendo su trabajo.