RTVE necesita ya una solución

Radiotelevisión Española está fuera de control en términos políticos y administrativos. Nueve meses después de la dimisión del último presidente, y tras malresolver la gestión con una presidencia decorativa rotatoria, el ente sigue sin rendir las cuentas de 2011 a la SEPI (su accionista presupuestario) y sin elaborar y presentar un presupuesto para este año al Gobierno (su accionista político), que pretende recortar en más de 200 millones de euros la subvención anual directa (el 35% de sus recursos), lo que obliga a un reajuste draconiano de sus gastos.

Escudado en la falta de competencias de la presidencia rotatoria e interina ejercida por sus vocales, RTVE bloquea sus responsabilidades financieras a la espera de que el Parlamento, con el respaldo de una mayoría cualificada, disponga de un nuevo presidente, o de que el Gobierno arbitre decisiones políticas para restablecer la estabilidad y la gobernabilidad. El Ejecutivo hasta ahora no ha tomado la iniciativa para tener un presidente estable, al menos que haya trascendido. Dado que la situación no puede prolongarse de forma indeterminada, debe promover ese pacto o un cambio estatutario que permita hacerlo con mayoría simple, pero ni por razones financieras ni de imagen pública la RTVE puede seguir fuera de control.