iPad 3, evolución suficiente
El nuevo iPad parece lo suficientemente evolucionado. La nueva tableta introduce una pantalla más nítida, un procesador más poderoso y una mejor cámara. La actualización es evolucionaria, no revolucionaria. Eso puede haber defraudado a los que esperaban algo más. Pero la historia dice que debería ser suficiente para los inversores.
Cuando la compañía, ahora liderada por Tim Cook, introdujo el iPhone 4S en octubre, la quinta y más reciente versión de su móvil, hubo una decepción similar. El nuevo procesador, el reconocimiento de voz y unos mejores gráficos estaban bien, pero muchos habían anticipado un diseño renovado y una conexión 4G. Las acciones caían un 5% mientras sus ejecutivos ponían en escena el dispositivo.
Lo que muchos inversores y fans olvidaron es que los avances tecnológicos consisten en repetir hasta lograr la perfección. Los dispositivos revolucionarios normalmente pertenecen a categorías completamente nuevas. Así es como el primer iPhone dio un salto lo suficientemente importante como para parecer algo que había roto el espacio-tiempo. Y es por lo que el iPhone 4S y la tercera versión del iPad parecen vulgares a su lado.
Pero el 4S ha resultado ser un gran éxito. Los 37 millones de dispositivos que Apple vendió en el pasado trimestre generaron más de 24.000 millones en ingresos. Y el valor de mercado de la compañía ha crecido cerca del 50% desde su presentación hace cinco meses. Las razones tampoco son complicadas. El avance fue suficiente para que muchos fans de Apple se modernizaran, y atrajo a multitud de nuevos consumidores, especialmente en mercados emergentes como el chino.
Unas dinámicas similares deberían aplicarse al nuevo iPad. Es una evolución sobre el anterior. Y lo más importante, evoluciona mejor que los aparatos de sus rivales. Apple cuenta con la mayor cuota del mercado de las tabletas, vendiendo 15,4 millones en el trimestre pasado.
El nuevo iPad puede que no sorprenda como lo hizo el primero, o incluso el segundo. No obstante, debe mantener a Apple lo suficientemente por delante de sus competidores para potenciar el tipo de crecimiento que sus accionistas esperan.
Por Robert Cyran.