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Advierte de que la austeridad sin estímulos está destruyendo las clases medias

Cebrián pide "soluciones políticas" para salir de la crisis

El presidente de El País, Juan Luis Cebrián, ha advertido hoy de que la crisis europea no es tanto económica como de liderazgo, y ha reclamado estímulos para el crecimiento.

La crisis que asola a Europa no es económica, sino política y de falta de liderazgo. Y por tanto no hay que buscar las soluciones entre los economistas o los mercados, sino entre los dirigentes que han sido elegidos para marcar el camino ante un futuro incierto y marcado por la irrupción de China en la élite económica y militar del mundo. Esta es una de las conclusiones de la conferencia que hoy ha impartido el presidente de El País, Juan Luis Cebrián.

"La austeridad sin estímulo de los países europeos está destruyendo a las clases medias sobre las que se ha fundamentado la civilización europea de los dos últimos siglos", ha asegurado Cebrián en la segunda y última jornada del Encuentro Financiero Internacional organizado por Bankia y EL PAÍS.

Durante la charla han gravitado las dudas sobre la capacidad de Europa de mantener el Estado de bienestar. "No podemos mantenerlo, y si no hay que explicar cómo lo vamos a financiar", ha dicho Cebrián.

El presidente de El País ha modificado la frase del ex secretario de Estado de EE UU Henry Kissinger, quien aseguraba que cuando el presidente de su país quería hablar con el líder de Europa, no sabía a qué teléfono llamar: "Ahora tendría que llamar a siete teléfonos diferentes: a los presidentes de la Comisión, del Consejo, del Eurogrupo, del BCE, al presidente de turno de la UE y además a Merkel y Sarkozy".

Cebrián considera que las medidas que Europa debe adoptar están claras: políticas comunes en el exterior, en defensa, económica y fiscal, impulso a los eurobonos, que el BCE actúe como prestamista de último recurso... El problema es la rapidez a la hora de tomar decisiones. "Todavía estamos discutiendo sobre el salvamento de Grecia", ha protestado. El presidente de El País contrapone el letargo europeo con la enorme paciencia china. "No tienen prisa pero tampoco conceden ninguna pausa", ha dicho.

Pero no solo Europa arrastra los pies. Cebrián ha criticado al G-20, que en 2008 se erigió como una especie de Gobierno mundial, por haber fracasado en la puesta en marcha de las soluciones adoptadas a lo largo de cinco años de crisis: reforma del sistema financiero mundial, impulso del comercio internacional a través de la Ronda de Doha, lucha contra los paraísos fiscales, aplazamiento sine die de las soluciones contra la crisis alimentaria y el cambio climático.

Cebrián considera que uno de los problemas de este órgano que reúne al 80% de la economía del mundo es la falta de una oficina permanente que coordine políticas y evalúe su cumplimiento. "El G-20 se ha hecho a empellones. Pero ahora lo más importante no es ser el más grande, sino el más rápido", ha concluido Cebrián.

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