Argentina y España crean sendas comisiones para decidir sobre YPF
Pese a la amenaza de una posible nacionalización de YPF, con la que había jugado la Bolsa en los últimos días, la presidenta argentina eludió comentar esta cuestión en su larga intervención parlamentaria de ayer. La solución a la crisis saldrá de dos comisiones gubernamentales creadas tras los movimientos diplomáticos de ambos países.
La actividad diplomática desplegada en los últimos días por España, con una llamada del rey Juan Carlos a la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, y el viaje relámpago del ministro de Industria, José Manuel Soria, entre el lunes y el martes a Buenos Aires, han frenado una hipotética nacionalización o intervención de YPF, la filial argentina de Repsol. Pese a la expectación generada ayer por la intervención de Fernández en la Asamblea del país, donde inauguró el curso parlamentario, esta se limitó a decir que su Gobierno va a tomar medidas para asegurar el abastecimiento energético y la competitividad de la industria. Y recordó que parte de dicha competitividad se debe "a los subsidios que recibe el consumo de energía".
En realidad, según fuentes del sector, la solución se va a cocer entre bastidores, concretamente en las dos comisiones gubernamentales (una en Argentina y otra en España) que se han creado a raíz de dicha actividad diplomática. De hecho, el propio ministro de Industria, que pasó apenas unas horas en Buenos Aires con los ministros de Energía y Planificación y el de Economía, declaró que el Gobierno español no teme que Argentina pueda nacionalizar YPF. Y confió en poder retomar las "cordiales" relaciones con el país de forma "amistosa" y limar las diferencias surgidas en torno a YPF la semana pasada, lo que aconsejaron, en su opinión, una reunión entre los dos Gobiernos.
Aunque la presidenta argentina dejó a un lado YPF en un discurso que se prolongó toda la tarde de ayer, hasta que este terminó nadie las tuvo consigo. Los responsables de Repsol escucharon con detenimiento su intervención.
Sobre YPF ha planeado en las últimas semanas una hipotética nacionalización o una intervención. La primera opción parecía totalmente descartada, ya que implicaría la compra de la compañía por parte del Estado argentino, que debería justificar una compra semejante con fondos públicos. Además de Repsol, con un 57%, también participa Enrique Eskenazi, con un 25%.
Según aseguraba ayer el Cronista de Buenos Aires, el Gobierno se encontraba dividido entre los partidarios de esta opción (miembros del equipo de Economía) y los que la consideran "una medida irracional", que tiene un difícil sustento legal.
Pero una posible intervención es también una solución nefasta para Repsol, pues implicaría la participación del Estado argentino en la gestión (o relevando a los directivos por funcionarios o creando una comisión que auditaría la situación pasada y presente) sin recibir nada a cambio, aunque en el último caso, el Estado debería capitalizar la compañía. Este fue el caso de Aerolíneas Argentinas.
El Gobierno suramericano acusa a la petrolera española de no haber cumplido con sus compromisos de inversión en el país. Su respuesta es que las inversiones de YPF (cuyo ebitda fue de casi 3.000 millones de los 8.440 millones) aumentaron en 2011 un 50% (2.311 millones), con un índice de reposición de reservas del 160% y reservas nuevas de 137 millones de barriles de petróleo.
Las cifras
2,78% es la subida que registró ayer Repsol, hasta 20,1 euros por acción, después de que la presidenta argentina no anunciase medida alguna sobre YPF.
50% se incrementaron du-rante el pasado año las inversiones de YPF, hasta 2.311 millones de euros.
Entre el déficit comercial y el temor a un 'corralito'
El contenido del discurso de ayer de la presidenta argentina en la Asamblea, parecía más bien el reflejo de un país con una excelente situación económica, que el que sufre un grave déficit comercial, al que se atribuye la nueva crisis en torno a YPF. En pleno invierno austral, y a la espera de recibir los pagos de ingentes exportaciones de soja a China, algunas zonas de Argentina está sufriendo problemas de desabastecimiento energético ante la imposibilidad de poder pagar las importaciones de energía necesarias para compensar la menor producción interna.En este punto surge el círculo vicioso: el Gobierno de Cristina Fernández acusa a Repsol de no realizar las inversiones necesarias para aumentar la producción que garantice el abastecimiento. Repsol insiste en que sí está invirtiendo, pero el declino de los campos petrolíferos es una realidad tanto en Argentina, como en otras zonas del mundo, como Estados Unidos. Los recursos que se podrán explotar a partir de ahora se centran en los yacimientos de los hidrocarburos no convencionales (shale gas/oil), mucho más caros de extraer y con resultados a medio y largo plazo. Esto explica, el escaso entusiasmo que despierta en Argentina el importante yacimiento descubierto en Vaca Muerta por Repsol.Además, la política de subsidios de la energía del país austral, que impone precios locales a los carburantes, que ayer recordó su presidenta, reduce el margen de las petroleras para abordar las inversiones que se les exige. El fantasma del corralito de 2001 planea en el país, lo que está provocando, según los expertos, una nueva fuga de capitales, lo que está agravando la crisis, que tiene también tintes políticos, al coincidir con el 30 aniversario de la guerra de las Malvinas.