Esperar a Lloyd's merecerá la pena
Los sufridos accionistas de Lloyd's no deberían llamar aún a sus agentes de Bolsa. Después de tres años de turbulencias y con el precio de la acción en caída libre, han recibido otro revés en forma de resultados anuales. Aunque la opción de mantener las acciones es más clara que en el otro banco británico dominado por el Estado, Royal Bank of Scotland (RBS).
Esto podría no resultar del todo evidente en este momento. Lloyd's tuvo unas pérdidas netas de 2.800 millones de libras y ha avisado de que los ingresos de 2012 serán menores que los de 2011. El consejero delegado, António Horta-Osório, dice que su objetivo de conseguir un retorno de capital de entre el 12,5% y el 14% necesitará más tiempo. Sin embargo, Lloyd's tiene algo a su favor. No volverá a provisionar 3.200 millones de libras como penitencia por los errores en la venta de seguros de protección de pagos. El banco está más cerca que RBS de deshacerse de los grilletes impuestos por la Comisión Europea en 2008: Lloyd's tiene ya autorización para pagar dividendos, mientras que los activos de riesgo heredados de HBOS y la financiación mayorista se han reducido rápidamente.
Quitando a su banco malo, las operaciones básicas de Lloyd's están generando 6.300 millones de libras de beneficios antes de impuestos, sobre 242.000 millones de libras de activos ponderados por riesgo. Asumiendo que tiene un 10% de capital básico, su negocio continuo está generando un retorno sobre la inversión antes de impuestos del 18% aproximadamente. En otras palabras, Lloyd's tiene una poderosa máquina de hacer dinero.
La pega es que la máquina funciona con un combustible de muy bajo octanaje. Lloyd's está muy orientado a la economía doméstica, y el estático PIB británico y unos tipos de interés básicos bajos hasta 2013 golpearán la demanda de créditos. Peor aún, Lloyd's piensa que unos costes al por mayor más altos podrían erosionar el margen de intereses en el mismo nivel que en 2011. Un incremento de 200 millones de libras en el ahorro de costes podría compensar el anémico crecimiento.
Sin embargo, los maltratados inversores tienen algo a lo que agarrarse. Su banco posee una cuota de mercado dominante. Si pueden aguantar, la salvación debería llegar con el tiempo.
Por George Hay