El FMI, la vía para la ayuda china
Pekín reconoce que quiere una eurozona fuerte. Para ello deberá contribuir, no mediante un préstamo directo, sino a través del plan de rescate de un billón de dólares del Fondo Monetario Internacional (FMI). De esta forma, China no solo tendría una mayor garantía de reembolso, sino que ganaría un papel mayor dentro del vigilante monetario.
Europa es el principal socio comercial de China, y Pekín ya dedica parte de sus 3,2 billones de dólares de reservas de divisas extranjeras a bonos del Viejo Continente. Pero comprar bonos de los países más angustiados de la eurozona como Grecia parece demasiado arriesgado. Los préstamos directos, o compras de activos, podrían enfadar a los nacionalistas de ambos bandos. Para Pekín, sería difícil justificar que un país pobre como China salvara a uno relativamente rico como Grecia.
Contribuir al fondo de rescate propuesto por el FMI tiene más sentido. Basándose en su peso relativo en el FMI, China podría aportar unos 60.000 millones de dólares. Europa proporcionaría 500.000 y al FMI le reembolsarían las aportaciones antes que a otros acreedores. Lo mejor es que solo la idea calmaría a los mercados tanto que el dinero en sí mismo nunca necesitaría ser prestado.
China aún tiene que vender a su público que sacará del apuro a Europa a través de un club de países ricos. Un acuerdo entre los miembros del FMI a finales de 2012 para incrementar los derechos de voto de economías en desarrollo dejó China, representante del 9% del PIB mundial, con solo un 6% de los votos.
Cómo funciona el FMI parece importarle poco a China, con sus enormes reservas y su cuenta de capital cerrada. Pero China está, poco a poco, internacionalizando su moneda y abriéndose al flujo de divisas. China considera al FMI como el mejor contrapeso. Contribuir al fondo de rescate Europeo a cambio de una mayor influencia en el organismo es algo que no requiere demasiado debate.
Por Wayne Arnold