El mundo está muy débil
- El odio se percibe por la calle, comenta preocupado sobre el ambiente de un lugar de cuyo nombre, salvo los estudiantes de filología árabe, nadie se acuerda hasta que ocurre alguna tragedia.
- ¿Hacia los occidentales o entre ellos?, pregunto.
- Hacia los occidentales, sobre todo. Pero también en general. Y no solo allí. Es como si el todo el planeta se adentrara por una senda siniestra.
La conversación transcurre en Bruselas, durante un agradable almuerzo en compañía de personas muy bien informadas y pendientes de la actualidad. Un ambiente que no es propicio al fatalismo. Pero tal vez sea otra prueba de que una buena parte de la sociedad empieza a temer que las sacudidas políticas y económicas del mundo de hoy acaben como las del mundo de Stefan Zweig.
De regreso a la pantalla me entero de que ha muerto una poeta. Wislawa Szymborska. Dejó escrito "prefiero el absurdo de escribir poemas que el absurdo de no escribir poemas", según traduzco a través del inglés. Me suena bien incluso en su lengua polaca, aunque no la entiendo ni puedo escribirla en mi teclado de manera exacta: wole szmiesnosc pisania wierszy / od smiesznosc pisania wierszy.
Y pienso que todo o nada está perdido. Dependerá (verbo de Rajoy) del tiento de nuestras pisadas. Del tino de nuestros sueños. Por suerte, otro gran poeta nos traza la ruta para que no nos demos un gran costalazo. ¡Buen finde y a disfrutar del frío!
Hay que tener cuidado,
mucho cuidado: el mundo
está muy débil, hoy (...)
Hay que soñar despacio:
nuestros sueños deciden
como si fueran pasos (...)
Soñar casi en puntillas (...)
Tan débil está el mundo
-cendales o cristales-
que hay que moverse en él
como en las ilusiones,
donde un amor se puede
morir si hacemos ruido
Sólo
una trémula espera,
un respirar secreto,
una fe sin señales,
van a poder salvar
hoy,
la gran fragilidad
de este mundo.
Y la nuestra.
Amor, mundo en peligro, de Pedro Salinas en Largo Lamento (Madrid, Alianza Editorial, 2007).
Ilustración: Erlich, en El País, 31 de enero de 2012.