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Columna
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Japón, algo más que mala suerte

En Japón el primer déficit comercial anual en 31 años refleja una combinación sorprendente de desgracias. Con su enorme deuda y la continua presión deflacionaria, Japón no está bien situada para hacer frente a un yen más fuerte en un mundo débil. Que el país ha tenido mala suerte en el año 2011 no se puede dudar. El gasto de las importaciones subió un 12% debido a que tuvo que aumentar en un 25% la entrada de combustibles minerales para hacer frente a la pérdida de generación de energía nuclear tras el terremoto y el tsunami. Los recortes nucleares no se revertirán pronto, así que la factura de importación de energía se mantiene alta. Los desastres naturales son también malos para las exportaciones, que cayeron un 2,7%. Las cadenas de suministro fueron interrumpidas. Las inundaciones en Tailandia, un centro offshore importante, supusieron otro revés. Pero lo más importante en el frente de las exportaciones han sido la debilidad de la economía mundial y la fortaleza del yen.

El yen ha subido un 12% frente al dólar en los últimos dos años. Eso ayuda a explicar la caída del 1,4% en las exportaciones de Japón a China en yenes en 2011 y una caída de 3,4% en las exportaciones a Estados Unidos. Las exportaciones a Europa occidental aumentaron un 1,9%; con Alemania y el Reino Unido se incrementaron en más del 5%. Una recesión de la zona euro y el debilitamiento de la moneda única harán que las exportaciones de Japón sean aún más difíciles de vender. Las exportaciones del país deberían mejorar en Estados Unidos, donde ha renacido el consumo. Pero no se puede esperar un boom. El yen y los productos de Japón siguen siendo caros. Un déficit comercial podría debilitar un poco la divisa nipona, pero quizá no mucho, porque los enormes activos que Japón mantiene implican que la cuenta corriente en el exterior se mantiene con superávit.

Una economía que continúa coqueteando con la deflación mientras la deuda pública se eleva más de un 200% del PIB necesita todo el dinamismo que pueda conseguir. El PIB de Japón es probable que se haya contraído en el cuarto trimestre, en parte porque el comercio se ha comportado mal. La pérdida de las exportaciones significa que Japón debe esforzarse más para revitalizarse desde dentro.

Por Ian Campbell

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