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Columna
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Añada sacarina

La Autoridad Bancaria Europea (ABE) dio una de cal y otra de arena. El anuncio del organismo regulador del pasado 8 de diciembre de que los bancos pueden emplear capital contingente para tapar el déficit de 115.000 millones de euros de sus balances podría ayudar a los prestamistas con problemas de liquidez. Pero primero hay que ajustar algunos detalles. Los inversores de deuda generalmente son recelosos sobre el capital contingente convertible -conocido como cocos- ya que se convierte automáticamente en pasivo en momentos de estrés. El cocos tiende a ser una venta fácil si tiene vencimiento fijo y cupones que no pueden diferirse arbitrariamente, como la emisión de Credit Suisse de 2.000 millones de principios de año. Pero los requisitos de la ABE parecen menos atractivos.

Los bonos deben ser permanentes, y los cupones pueden diferirse por el banco regulador. Además, el punto de activación para la conversión sigue siendo un ratio del 7% -solo dos puntos porcentuales por debajo del objetivo del 9% del ABE-. No es probable que los inversores de deuda estén interesados en un producto tan arriesgado sin un gran cupón. Pero el organismo permitirá también a los bancos emitir cocos que no solo se conviertan si las cosas van mal, sino también si van bien. Eso podría atraer a algunos inversores, como los que compraron 1.300 millones de euros de cocos del Banco de Chipre, que se activarán si las acciones del banco chipriota suben.

Mientras tanto, los cocos podrían ser una buena manera para que los Gobiernos intervengan. Para algunos bancos como el alemán Commerzbank, el déficit de capital es tan grande que una inyección de capital diluiría a los accionistas privados masivamente. Con los cocos el Estado podría ayudar sin tomar el control. Pero sería un plan mejor que el ABE permitiera a los reguladores nacionales más libertad de acción. Las normas de Basilea III que se aplicarán en Europa a partir de 2013 deberían permitir a los cocos activarse a una ratio de capital más baja del 5,1%. Para dar a los bancos en dificultades una buena oportunidad de lograr dinero extra, la ABE podría adoptar un enfoque similar.

Por George Hay

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