Más sopa de letras para la bazuca
Los líderes europeos están discutiendo adelantar 500.000 millones de euros al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEE). Más sopa de letras podría complacer a los mercados, pero la cuestión es proporcionar cobertura al Banco Central Europeo (BCE) para intensificar su intervención. Los mercados parecían esperar un aumento del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF). En su lugar, puede que la eurozona comience con su fondo de rescate permanente, el MEE, un año antes, a mediados de 2012. Eso supone más y mejores fondos. Ambos pueden también funcionar a la vez. Los Gobiernos de la eurozona se han resistido a aumentar el FEEF por miedo a dañar sus calificaciones de crédito, y depositaron sus esperanzas en un incremento de su capacidad de fuego.
La perspectiva de más dinero podría disminuir las preocupaciones de los inversores sobre el tamaño del fondo de rescate. Pero los mercados no son el único objetivo de los Gobiernos. Sumar el FEEF al ESM mostrará que hacen su parte. Eso, combinado con el acuerdo sobre reglas fiscales más estrictas entre Alemania y Francia, puede ayudar a convencer al BCE de que ahora es el momento de poner su balance a trabajar para combatir la crisis. Alemania podría incluso abandonar su resistencia a que las reglas del MEE establezcan que los bonistas compartan las pérdidas cuando las deudas de los Gobiernos sean insostenibles, algo a lo que el BCE siempre se ha opuesto. Alemania puede mantener su requisito de que los Gobiernos incluyan cláusulas de acciones colectivas en sus deudas, haciendo más fácil la reestructuración.
Con suerte, dar rienda suelta al BCE puede suponer que los nuevos fondos no necesiten gastar mucho. Y aunque lo hicieran, la eurozona puede tener elementos necesarios para aguantar la crisis por un tiempo. La bazuca hará que bajen los costes de financiación soberanos, mientras que una disciplina fiscal más dura supondrá reformar las economías. Pero disciplina fiscal y fondos más baratos no es lo mismo que unión fiscal, ni tampoco garantiza la solvencia. Los políticos insisten en que la suspensión de pagos de Grecia será un hecho aislado. Pero Portugal o Irlanda pueden necesitar más fondos. Incluso si la bazuca funciona esta vez, la eurozona se enfrenta aún a duros años de ajuste.
Neil Unmack