Bruselas propone la rotación obligatoria de auditoras
La Comisión Europea ha aprobado este miércoles una propuesta legislativa que impone la rotación obligatoria de las auditoras con el objetivo de reforzar la independencia de las empresas de auditoría y potenciar la competencia en el sector, actualmente dominado por las 'Big Four' (Deloitte, Ernst & Young, KPMG y PricewaterhouseCoopers).
En España, todas las empresas del Ibex-35 están auditadas por las 'Big Four'. Y en la mayoría de los Estados miembros, la cuota de mercado de estas compañías excede el 85%, según los datos de Bruselas.
El Ejecutivo comunitario sostiene que la crisis financiera ha puesto de relieve errores y conflictos de interés en el sector que pretende corregir con estas propuestas, que deben ser aprobadas por los Gobiernos y la Eurocámara. Además, avisa de que la quiebra de una de las 'Big Four' supondría un 'riesgo sistémico' y aumentaría todavía más la concentración. Las cuatro grandes se oponen a la reforma.
"La confianza de los inversores en las auditorías se ha visto sacudida por la crisis, y creo que es necesario introducir cambios en este sector para restablecer la confianza", ha asegurado el comisario de Servicios Financieros, Michel Barnier. A su juicio, la reforma permitirá "subsanar las carencias actuales en el mercado de las auditorías de la UE, eliminando los conflictos de intereses, garantizando la independencia y una supervisión sólida e impulsando una mayor diversidad en un mercado excesivamente concentrado".
Con las nuevas reglas, a las sociedades de auditoría se les exigirá una rotación después de haber sido contratadas durante un período máximo de seis de años. Y deberá transcurrir un plazo transitorio de 4 años antes de que una auditora pueda ser contratada de nuevo por el mismo cliente.
El periodo de rotación se amplía a nueve años si se realizan auditorías conjuntas, es decir, si son al menos dos las auditoras que revisen las cuentas de una empresa, una de las cuales no debe formar parte de las 'Big four'. Barnier quería hacer obligatorias estas auditorías conjuntas, pero finalmente esta idea ha caído de la propuesta final.
Bruselas quiere además prohibir a las sociedades de auditoría prestar servicios no relacionados con la auditoría a los clientes que auditen. Además, se obligará a las grandes sociedades de auditoría a separar las actividades de auditoría de las que no lo sean para evitar cualquier riesgo de conflicto de intereses.
Finalmente, la Comisión propone conceder un pasaporte europeo a las auditoras que ahora operan exclusivamente a nivel nacional, como ya se ha hecho con los fondos de inversión, para favorecer la emergencia en el sector de nuevos actores de talla europea.
La nueva Autoridad Europea de Valores y Mercados será la encargada de coordinar la supervisión de los auditores ejercida a nivel nacional.