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Ante la próxima cumbre del euro

El euro a dos velocidades desata una ola de rumores

Los rumores de posibles iniciativas ideadas en Berlín y París se multiplican. Y seguirán haciéndolo hasta la cumbre europea del próximo 9 de diciembre. Merkel y Sarkozy pretenden lograr un grupo de países dispuesto a un mayor rigor presupuestario a cambio de contar con la ayuda permanente del BCE. El emisor europeo mantendría su independencia pero apoyaría a los países comprometidos con la consolidación fiscal.

Angela Merkel y Nicolás Sarkozy
Angela Merkel y Nicolás SarkozyEfe

La canciller Angela Merkel y el presidente de la República francesa, Nicolas Sarkozy, acordaron durante la pasada minicumbre celebrada en Estrasburgo impulsar la Europa a dos velocidades. Desde entonces se multiplican los rumores acerca de posibles iniciativas supuestamente ideadas desde París y Berlín, que con probabilidad continuarán hasta que se celebre la cumbre europea el próximo 9 de diciembre.

La intención de los dos mandatarios pasa por asegurar un grupo de cabeza que cumpla con sus compromisos, un pelotón dispuesto a someterse a un estricto control de los déficit nacionales a través de una supervisión presupuestaria supranacional. A cambio, el BCE accedería a comprar bonos nacionales de forma masiva.

Estas iniciativas han provocado una intensa corriente de rumores. El último hoy mismo a cargo del diario conservador Die Welt, que aseguró que Angela Merkel pretende aliarse con otros cinco países europeos con una calificación de triple A para lanzar bonos conjuntos. Berlin ha desmentido esta posibilidad, aunque Reuters afirmó que sí ha habido negociaciones en este sentido.

Lo cierto es que los dos gobiernos están explorando maneras de asegurar una integración fiscal rápida que asegure la supervivencia de la moneda única. Y todo, sin la exigencia de conseguir todos los apoyos necesarios para una reforma del Tratado de la UE, tal y como esperaba Merkel. Contar con los apoyos suficientes parece difícil y, además, podría dilatarse demasiado en el tiempo. La solución: un acuerdo fuera del Tratado de la UE que incluya a unos ocho o diez países dispuestos a un estricto control presupuestario.

Dos posibilidades

Dos son las opciones que se barajan. La primera se basa en la Convención de Prüm de 2005, también conocida como Schengen III. Este es un tratado paralelo al de la Unión firmado por siete países (Bélgica, Alemania, España, Francia, Luxemburgo, Países Bajos y Austria) al cual se acogieron otros cinco países de la UE además de Noruega. La otra vía sería el pacto entre Alemania y Francia, al cual se podrían adherir también otros países de la UE. Se espera que Sarkozy dé más detalles de sus planes en su discurso del próximo día 1.

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