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Lección a la estricta gobernanta Merkel

Hoy puede ser un gran día. Lo será si la señora Merkel y sus coadjutores económicos notan por fin la horma de su zapato. Alemania acaba de cerrar su peor subasta de deuda en mucho, mucho tiempo. Es segura, pero no merece la pena.

Alemania se proponía colocar esta mañana 6.000 millones de euros en bonos a 10 años (esa fortaleza financiera que sirve de fiel de la balanza a todos los demás, en bund). Pero solo ha sido capaz de vender 3.600 millones. Y además con una demanda cortita, cortita: 1,1 veces.

Es seguro, pero paga poco. La rentabilidad. Ahí está el asunto. ¿Quién va a comprar a estas alturas del partido para para obtener el 1,98% (menos incluso que el 2,09% anterior)?, si hay Tesoros fiables que remuneran hasta tres veces más. ¿O alguien cree sinceramente que un país como España va a dejar de hacer frente a sus compromisos?

La matrona teutona, que guarda mucho secretos sobre el futuro de la UE en su famoso bolso Longchamp naranja, está jugando una carta muy peligrosa con su falta de solidaridad europeísta. No se trata de ayudar a los mentirosos sin exigirles nada a cambio, ni fiarse de quienes acostumbran a incumplir sus compromisos. Pero España, sin ir más lejos, ha dado sobrada cuenta, y es de esperar que lo siga haciendo, de su voluntad de cumplir, ajustar y reparar su economía y su sistema financiero para hacer más y no menos Europa.

la doctora en Física por Leipzig sabe muy bien aquello de los vasos comunicantes. Hoy ha visto cómo lo que se está destinando a otros países se empieza a detraer de Alemania. ¿Qué esperaba? Seguir negándose a una fórmula, la que sea, de eurobonos es seguir diciéndole no a una Europa que necesita a Alemania tanto como esta a Europa, pero que no por ello tiene que hablar alemán.

Merkel empieza ser percibida por los europeos como la estricta gobernanta con la fusta siempre a punto para la disciplina fiscal y presupuestaria. La UE nunca se ha construido exactamente así. Cierto que no han faltado manos de hierro, pero siempre enguantadas en seda y con muchas horas de debate. La negativa a plantear incluso eso, un simple debate sobre los eurobonos es una pésima estrategia. Tan negativa como creer que significaría la colectivización de la deuda soberana.

Lo peor es que Merkel enfrente tiene al flojo Jose Manuel Durao Barroso a unos cuantos funcionarios más que no pasan de pesos mosca, frente a la peso pesado experta en física cuántica que no quiere oír hablar de eurobonus ni de un BCE fuera del actual carril. Una pena de combate. No le aguantn ni un asalto.

Hay quien dice, sin embargo, que es cuestión de semanas que Merkel ceda a alguna fórmula de bonos europeos, por ejemplo a los que consistirían en la sustitución parcial de bonos nacionales de manera conjunta entre varios países, pero con aval de cada uno por su parte, y no garantías compartidas por todos los de la eurozona. Este modelo, el tercero de los propuestos por la Comisión Europea, daría menos beneficios para la emisión común de deuda, pero también requeriría menos condiciones previas y, lo más importante, no necesitará cambiar el Tratado de Lisboa, como las otras dos fórmulas (sustitución completa de los bonos nacionales por bonos de estabilidad en los que los países miembros asumen de manera conjunta el riesgo y las garantías o, la segunda, un modelo intermedio que prevé bonos con garantías conjuntas pero solo reemplazarían una porción limitada de las emisiones nacionales, y por ende habría dos mercados: los bonos azules/comunes y los rojos/la parte nacional).

Bien. Hoy puede ser un gran día si la Reina del Telegrama de Felicitación y Encargo entiende que, como se ha demostrado en la subasta de hoy, los inversores internacionales no dan carta de inmunidad nadie ni a nada. Ni siquiera a su querido bund.

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