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Tribuna
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Lo que esperan las empresas alemanas del nuevo Gobierno

Los nuevos presidentes tienen mucho en común con los Reyes Magos: ambos dan pie a que todo el mundo les pida toda clase de cosas. Hago pues uso del privilegio de ser uno más que escribe a Mariano Rajoy, señalando 10 consejos de tipo económico que me gustaría tuviese en cuenta al inicio de su nueva etapa como presidente del Gobierno.

l Que nombre un Gabinete con personalidades íntegras, competentes, trabajadoras, creíbles, con visión estratégica, capacidad probada de gestión, comunicación y trabajo en equipo, así como poco dadas al divismo.

l Que anuncie lo antes posible lo que no hizo durante la campaña electoral: las líneas maestras de su plan de actuación para los próximos cuatro años, con dos metas claras, reducir el déficit público y reactivar la economía para crear empleo.

l Que defina en los primeros 30 días de su mandato las medidas concretas que piensa tomar, tanto para aumentar ingresos -si es que ahora no le queda más remedio que hacerlo, una vez comprobado el estado de las arcas públicas- como para reducir gastos, dado que para cumplir con los objetivos del déficit público de 4,4% en 2012 y 3% en 2013 el Gobierno central, las autonomías y los ayuntamientos tendrán que ahorrar cerca de 20.000 millones de euros por año.

l Que, en cuanto al Estado del bienestar, procure que los gastos de educación, sanidad, desempleo, pensiones y dependencia se mantengan en los niveles actuales -sin perjuicio de una mejora de sus gestiones-, para que la cohesión social no descarrile.

l Que complete la reforma del sistema financiero lo antes posible, porque sin un flujo creciente de créditos a empresarios y ciudadanos no habrá reactivación de la economía.

l Que recuerde que las inversiones en I+D+i son indispensables para que los tejidos industrial y de servicios españoles mejoren su competitividad a nivel nacional e internacional. La meta 3% del PIB debe ser innegociable.

l Que ponga en marcha el diálogo con asociaciones empresariales y sindicatos sobre la urgente reforma laboral que debe abaratar la contratación y el despido, regular la negociación de convenios colectivos y reducir el número de contratos vigentes.

l Que, en contrapartida, cree las condiciones necesarias para que por ejemplo 250.000 parados por año se conviertan en emprendedores, haciéndose cargo de su propio destino profesional, y para que -otro ejemplo nada descabellado- 250.000 jóvenes por año accedan a una formación profesional reformada, a semejanza del sistema dual alemán que tanto alabó antes del 20 de noviembre: aumentar a más del 50% la formación práctica a cargo de las empresas, que en contrapartida podrían correr con parte de los salarios para los jóvenes.

l Que pare la sangría que significa para las arcas públicas la economía sumergida -según expertos, el 25% del PIB- y el consecuente fraude fiscal. Estamos hablando de una dimensión en el orden de los 250.000 millones de euros: con solo conseguir que el Estado ingrese fiscalmente un 10% de esta cifra, ya tendría el nuevo Gobierno en buena parte resuelto el problema del déficit. Si España ha sido capaz de reducir drásticamente el número anual de accidentes, muertos y heridos en las carreteras con un plan de la DGT riguroso, bien implementado y mejor comunicado, ¿cómo no le va a ser posible eliminar la plaga de la economía sumergida? A Rajoy solo le falta encontrar un Pere Navarro de corte fiscal que lleve a buen puerto esta tarea urgente.

l Que él y sus miembros de Gabinete le dediquen muchas horas a visitas a Bruselas y demás capitales de la zona euro, no solo para convencer a líderes políticos y mercados de que España está haciendo sus deberes, sino también para demostrar que quiere ser un socio activo en el proceso de reformas de la Unión Europea, desde la armonización económica y fiscal hasta la puesta en marcha de eurobonos.

Carsten Moser. Presidente de la Cámara de Comercio Alemana para España

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