Olympus escondió pérdidas durante décadas y reconoce el desvío de fondos
Un terremoto recorre Japón, esta vez en sentido metafórico. Olympus, una de las corporaciones señeras de la rica industria electrónica nipona, está sumida en un escándalo que promete seguir creciendo con el paso de los días. La compañía admitió ayer haber falseado sus cuentas de manera sistemática para esconder pérdidas desde los años ochenta. Esa bomba informativa llegó de la mano de otra de tamaño semejante: tres de sus máximos directivos habrían desviado, además, unos 1.100 millones de euros a paraísos fiscales entre 2006 y 2008 coincidiendo con el proceso de adquisición de Gyrus Group y otras tres empresas.
Semejantes revelaciones son el resultado de las pesquisas de Michael Woodford, ex consejero delegado de la centenaria fabricante de cámaras y endoscopios. Desde que fuera despedido el pasado 14 de octubre, el ejecutivo se ha dedicado a rastrear las cuentas de la compañía, denunciando que esta abonó 687 millones de dólares a una consultora (la desaparecida Axam Investments) radicada en el paraíso fiscal de Islas Caimán.
Tras negar durante semanas las acusaciones de Woodford, la firma se vio obligada ayer a reconocer el desvío de fondos, desvelada por una auditoría interna e independiente puesta en marcha por la propia compañía. Por lo pronto, los movimientos ya le han costado el puesto (y cargos penales) a dos altos cargos. Se trata del presidente de Olympus, Shuichi Takayama, que dimitió el pasado 26 de octubre, y del vicepresidente, Hishasi Mori, que renunció ayer mismo. Hideo Yamada, auditor interno de la empresa, también deberá pasar por los tribunales.
Las investigaciones revelan, asimismo, que los altos ejecutivos inflaron durante los años noventa los honorarios de los auditores para asegurarse una buena sobrevaloración de la compañía, que emplea a más de 45.000 personas en Japón, y cubrir el maquillaje de las cuentas.
Siguiendo con las acusaciones de Woodford, todavía queda por aclarar si la cúpula de Olympus desvió otros 1.000 millones de dólares a paraísos fiscales.
La compañía se hunde un 30% en Bolsa
Los efectos del escándalo de Olympus están devastando la capitalización de la compañía. El comunicado difundido ayer, en el que Olympus reconoció la malversación de 1.100 millones de euros, le costó una caída del 30% en Bolsa, arrastrando consigo al índice Topix, que perdió un 1,7%.Desde que el ex consejero delegado de la compañía, Michael Woodford, denunciara hace un mes irregularidades en las cuentas, la empresa ha perdido un 70% de su valor en Bolsa, lo que ha llevado al regulador nipón a plantearse la retirada del valor del mercado principal.