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Columna
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Políticos griegos y un salvavidas con fugas

Inversores negándose a financiar el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) puntúa bastante alto entre los peores escenarios para los líderes de la eurozona. El día no ha llegado aún, pero la decisión del fondo de rescate de desechar una emisión de bonos de 3.000 millones de euros dejará a los políticos con los nervios de punta.

La razón principal para postergar la emisión de fondos -para ayudar a financiar el rescate de Irlanda- ha sido la agitación causada por la sorpresa de Grecia de celebrar un referéndum. Desde el lunes, el diferencial de los fondos del FEEF y los bonos alemanes con el mismo vencimiento se ha ampliado en 30 puntos básicos, hasta los 155 puntos. Eso supone un sorprendente grado de volatilidad para un instrumento que se supone está prácticamente libre de riesgo. Si el FEEF hubiera seguido adelante, habría corrido el riesgo de mandar una señal de desesperación, con los inversores sufriendo pérdidas y estableciendo un punto de referencia alto para futuras emisiones.

El plan ahora es proceder en las próximas dos semanas, con la esperanza de que la cumbre del G-20 haya aliviado las tensiones. Incluso si eso no funciona, el FEEF puede permitirse esperar un poco más. No es necesario emitir más deuda para financiar el rescate de Portugal este año, e Irlanda tiene alrededor de 11.600 millones de reservas para cubrir los 3.000 millones que se esperaban del FEEF.

Pero la volatilidad del mercado es solo una parte del problema. El retraso ha puesto también de manifiesto la debilidad del FEEF, que cuenta con recursos suficientes para rescatar a los países pequeños, pero que está siendo rediseñado a medida que la eurozona se ve en dificultades para contener la crisis. Los Gobiernos quieren ahora que el FEEF ayude a sostener las nuevas emisiones de países como España e Italia, y establezca vehículos especiales de emisión que puedan comprar bonos y recapitalizar bancos. Los inversores ya no saben la cantidad de deuda que emitirá el FEEF. Incluso antes de que Grecia lanzara la bomba del referéndum, los bonos del FEEF sentían la tensión: en julio, el diferencial con los bonos alemanes fue de 60 puntos básicos. Hasta que surja alguna clase de claridad sobre el FEEF, los inversores serán cautelosos.

POR NEIL UNMACK

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