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Tribuna
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Tareas pendientes del sector

Joaquin Maudos

Los mercados siguen sin confiar en la "salud" del sector bancario español. Y eso que desde que comenzara la crisis, se han adoptado numerosas acciones para paliar sus efectos: la aprobación del FROB, la reforma de la ley de cajas, una nueva normativa de provisiones, exigencia de mayores niveles de capital, mayor transparencia informativa, la reforma del FGD, etc. Pero la prueba del algodón de la falta de confianza es que, desde hace varios meses, ningún banco español ha sido capaz de emitir deuda en los mercados mayoristas, lo que estrangula el crédito.

La intensidad, duración y retraso en la salida a la crisis han puesto de manifiesto que las fortalezas de que disponía la banca española se han ido erosionando y que han aparecido importantes debilidades como consecuencia de los desequilibrios acumulados en la etapa del boom: el exceso de capacidad instalada, la elevada cuantía de activos potencialmente problemáticos relacionados con el sector inmobiliario, y la elevada dependencia de la financiación mayorista. A estos problemas hay que añadir más recientemente dos nuevos desafíos: la crisis de la deuda soberana y el proceso de recapitalización que le acompaña, y la incertidumbre del cuadro macroeconómico futuro de la economía española.

Recuperar la confianza de los mercados no es tarea fácil y requiere adoptar medidas en varias direcciones: 1) completar con éxito el proceso de reestructuración de las cajas de ahorros; 2) reducir aún la capacidad instalada, afectando también a los servicios centrales; 3) aumentar todavía más la transparencia informativa, separando los bancos malos de los buenos, evitando que los problemas de los primeros afectan a los segundos; y 4) continuar saneando el activo.

Si bien todas estas medidas son necesarias, la última es prioritaria para despejar las dudas que existen sobre la salud de la banca española. Los mercados financieros no confían en la magnitud de pérdidas hasta ahora reconocidas en el sector inmobiliario, proporcionando estimaciones (por supuesto, discutibles) muy superiores a las reconocidas, lo que constata la existencia de un nivel de provisiones insuficiente.

Fondos públicos

Reconocer más pérdidas tiene el inconveniente de que hace falta inyectar capital, muy difícil de conseguir en los mercados privados teniendo en cuenta la actual situación. Por tanto, no habría más remedio que utilizar fondos públicos del FROB, lo que exigiría que este se financiara, bien mediante la emisión de deuda pública, bien mediante el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera.

Pero reconocer más pérdidas también tiene ventajas. Los bancos tendrían que reducir el precio de los inmuebles, lo que descongestionaría el enorme stock de viviendas sin vender. Además, si se limpiaran los balances, a los bancos se les exigiría una menor prima de riesgo en su financiación, lo que afectaría positivamente al crédito bancario, tan importante para reactivar la inversión.

Finalmente, en el caso concreto de las cajas de ahorros (en su mayoría bancarizadas tras una profunda reestructuración), es necesario mejorar su gobernanza, profesionalizando su gestión y reduciendo aún más su politización. Las cajas deben evitar que los escándalos de las últimas semanas que afectan a un reducido número, deterioren injustamente la imagen del todo el sector, lo que exige depurar todo tipo de responsabilidades.

La banca no es un sector más de la economía, dado el vital papel que cumple en la financiación del crecimiento económico. Por tanto, el nuevo Gobierno que salga de las urnas del 20 de noviembre tiene la obligación de adoptar las medidas necesarias para recuperar la confianza en la que se basa la actividad bancaria.

Joaquín Maudos. Catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Valencia

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