Ya es oficial: la economía española se estancó en el tercer trimestre
No, no ha habido crecimiento. El Banco de España ha publicado su estimación del Producto Interior Bruto (PIB) para el tercer trimestre y señala que "habría registrado una tasa de variación intertrimestral nula" después de tres trimestres de crecimiento anémico. El alza interanual se quedaría, así, en el 0,7%.
Frenazo en seco. La buena noticia es que, de momento, la economía española no decreció entre julio y septiembre, pero el temido estancamiento ya ha llegado. Y antes de lo previsto. El Banco de España, que siempre realiza una estimación del dato que publicará el Instituto Nacional de Estadística, señala en su boletín de octubre que el incremento del PIB fue "nulo" en el tercer trimestre. Después de tres trimestres de crecimiento anémico y justo un año después del último trimestre de caída (aunque fuera un -0,0%), ha llegado la planicie. En términos internanuales, el crecimiento sería del 0,7%.
El 0,0% de variación que el Banco de España calcula para el trimestre que se acaba de cerrar continúa el crecimiento del 0,2% del segundo trimestre del ejercicio, el 0,4% del primero y el 0,2% del último trimestre de 2010. "La economía española ha ido mostrando a medida que avanzaba el año un debilitamiento de la tenue recuperación que había iniciado en 2010", advierte el organismo gobernado por Miguel Ángel Fernández Ordóñez.
La crisis de la deuda soberana habría sido uno de los factores clave en el intenso debilitamiento. La demanda interna ha vuelto a ser una de las culpables del parón, pues habría experimentado un nuevo retroceso en el periodo, con una aportación al PIB de -0,8 puntos porcentuales respecto al periodo abril-junio. La contracción del gasto público derivada de los planes de austeridad y el descenso de la inversión residencial son los culpables de esta aportación negativa.
En el otro lado de la balanza, el Banco de España revela que el consumo de los hogares y la inversión empresarial mostraron pequeños avances. Además, la demanda exterior neta se mantuvo como principal soporte de la economía y amplió su contribución al crecimiento del PIB hasta 0,8 puntos porcentuales, gracias al dinamismo de las exportaciones de bienes y del turismo.
Pero el verdadero mazazo a la economía española ha venido del lado del paro. Los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) publicados el pasado viernes muestran que el empleo no ha dado signos de mejoría respecto a la primera parte del año. Es más, llegó a contraerse en términos netos más que en el trimestre precedente, apunta el Banco de España. El resultado fue un aumento de la tasa de paro hasta el 21,5% entre julio y septiembre.
Si el dato de paro registrado de septiembre conocido a principios de mes disparó todas las alarmas, la EPA las tiñó de rojo y llevó a las principales casas de análisis a revisar sus previsiones. En general, los expertos esperaban todavía crecimientos del PIB, pequeños, pero al fin y al cabo al alza, con alguna institución aislada apuntando ya a una recaída. Solo Funcas apostaba por el estancamiento puro y duro, como al final parece que ha sido.
La mayoría de los analistas confiaba en que el parón se retrasase algún trimestre, al menos hasta el cuarto de este ejercicio o el primero de 2012. La realidad se ha adelantado, así que las revisiones que vengan a partir de ahora sobre el comportamiento previsto de la economía española pueden suponer muy malas noticias. ¿Volverá la recesión? Eso es lo que tendrán que decir los expertos en sus próximos informes.
Y, como la situación puede incluso empeorar, a los problemas internos de España tampoco está ayudando la situación en el resto de los países de Europa, subraya el regulador. "El tercer trimestre supuso un deterioro adicional en la situación económica y financiera mundial como consecuencia de la profundización de la crisis de la deuda soberana en Europa y del empeoramiento de las perspectivas de crecimiento a nivel global", destaca el Banco de España.
Dudas sobre el déficit
El Banco de España aprovecha el boletín económico para cuestionar la capacidad del Gobierno de cerrar el año con la meta de déficit prevista. "Las tendencias vigentes indican la existencia de riesgos de que se produzca una desviación respecto al objetivo de déficit del 6 % del PIB en 2011, como consecuencia de la debilidad de la recaudación impositiva y de la inercia del gasto, principalmente en el ámbito de las Comunidades Autónomas", dice el supervisor.
En todo caso, la situación todavía no se ha ido de las manos. "Con la información con la que se cuenta a la hora de redactar este Informe, la magnitud de la desviación se encuentra dentro de los márgenes que pueden ser corregidos mediante una gestión adecuada de la ejecución presupuestaria en lo que queda del ejercicio", sentencia el Banco de España.