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Pese a los malos augurios, los analistas que vaticinan una contracción en España son minoría

Estancamiento: 23 - Recesión: 2

Nadie diría que es una buena noticia, pero por ahora las apuestas de los analistas hablan todavía de un futuro de estancamiento para España, no de recesión.

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CaídasThinkStock

Pese a que las altas temperaturas que vive buena parte de España en estos días parecen empeñadas en demostrar que el verano no se ha ido todavía, la realidad económica del país no puede estar más cerca del invierno. La vuelta al cole ha puesto sobre la mesa la cara más cruda de los indicadores, esos que parecían remar a favor de la recuperación (o, al menos, algo más que ahora) antes del descanso vacacional.

En este nuevo escenario, la resurrección de la economía se ha quedado en un mero sueño que ya no será, cortesía de los planes de austeridad fiscal, la tempestad en los mercados de deuda y la incapacidad de los líderes europeos de poner fin a la sangría griega y frenar el contagio a los países periféricos del Viejo Continente. Pero eso no quiere decir que el futuro hable en clave de recesión. La temida recaída está ahí, puede que a la vuelta de la esquina, pero no ha llegado... Ni llegará, según se desprende de las opiniones de varias casas de análisis.

"Si se habla de recesión en el sentido técnico (dos trimestres consecutivos de caída del PIB), no viene recesión", apunta Estefanía Ponte, directora de análisis y estrategia de Cortal Consors. "Pero la situación es muy mala, prácticamente de estancamiento, y eso es negativo cuando se llevan tantos trimestres de crecimiento muy bajo como la economía española", añade.

Puede que una crisis demuestre su gravedad cuando hablar de estancamiento para los próximos trimestres parece una buena noticia. Y en ese punto está precisamente España, cerca del filo y haciendo equilibrios para no caer. Pero los datos, por ahora, dicen que se mantendrá en el alambre. Es cierto que todo puede cambiar si llega otro mazazo en forma de dato negativo, como fue el paro de septiembre conocido a principios de mes, y que varios expertos tienen sus previsiones en revisión (y no para mejorarlas). Con estos condicionantes, el estancamiento gana por goleada a la recesión. Son 23 las entidades monitorizadas que apuestan por un periodo muy gris por delante, sin grandes crecimientos, aunque tampoco caídas. En el lado contrario, la recesión pura y dura solo tiene dos postores: JPMorgan (estima contracción en el primer y segundo trimestre del año que viene) y Goldman Sachs (prevé cuatro trimestres de caída del PIB empezando desde octubre de este año); puede que sus nombres sean contundentes, pero están en franca minoría.

De la veintena de entidades optimistas, la más negativa es Crédit Agricole que, según la estimación facilitada por Bloomberg, augura un pinchazo del PIB este tercer trimestre pero sin continuidad más allá. Las otras 22 hablan de estancamiento, en varias ocasiones tan acusado como una tabla rasa (0,0%), o de crecimientos muy ligeros hasta finales del año que viene.

Estancarse es lo que piensa Funcas que va a hacer la economía este trimestre, mientras que BBVA, Crédit Agricole y Nomura ven ese mismo escenario pero para el cuarto trimestre de este año, y Banco Sabadell lo augura para el conjunto de este último semestre.

De todas formas, la dificultad de predecir cuál va a ser el comportamiento del PIB nacional queda plasmada cuando se echa un vistazo a las previsiones para el año que viene: Société Générale cree que se arrancará el ejercicio con un alza del 1,40% del PIB en el primer trimestre, mientras que JPMorgan apuesta por una caída del 0,30%. Para el segundo trimestre la dispersión es incluso mayor, desde el crecimiento del 1,70% de, otra vez, Société Générale, a la caída del 0,90% de JPMorgan. ¿Quién acertará?

La respuesta no es fácil. "En esencia, compartimos el pesimismo de las casas de análisis más negativas, pero al plasmarlo en cifras el resultado es algo distinto", explica María Jesús Fernández, de la dirección de coyuntura y estadística de Funcas. Eso sí, la Fundación de las Cajas de Ahorros, al igual que el BBVA y otros muchos, tienen sus cifras en revisión. Y puede que este ajuste dé como resultado algún trimestre en negativo, avanza la experta de Funcas. Si el comportamiento de Fitch sirve de referencia, la revisión puede ser dura: la agencia de calificación ha recortado del 1,6% al 0,5% su previsión de crecimiento español para 2012.

El pésimo dato de afiliación a la Seguridad Social y de desempleo de septiembre ha sido uno de los catalizadores del actual clima de vuelta al pesimismo ("contábamos con que para final de año no se destruyera empleo y ahora hay que abandonar esa previsión", apuntan desde Cortal Consors), al igual que la caída libre en la que se mueven los índices PMI (que miden la opinión de las empresas y que en el caso del que mide el sector servicios nacional cayó del 45,2% en agosto al 44,8% de septiembre, lo que implica el mayor de contracción de la actividad desde julio de 2009 y se mantiene tercamente por debajo del 50% que marca la línea entre una indicación de crecimiento y otra de caída) y los de confianza. Hacia el futuro, a Funcas le da especial miedo el efecto en el cuarto trimestre de los duros planes de control del gasto de las Comunidades Autónomas.

Al otro lado de la balanza, la esperanza de los analistas en un devenir mejor del previsto se centra en las autoridades europeas y en la necesidad de que tomen de una vez decisiones que despejen la incertidumbre sobre el futuro de la eurozona que ayuden a devolver la confianza a las empresas. También hay claves nacionales, como el resultado de las elecciones del próximo 20 de noviembre y las decisiones que tome el nuevo Gobierno. "La solución al déficit público no es ahogar la economía y subir impuestos", señala Ponte. Apostar por políticas que impulsen el crecimiento en sectores productivos redundaría, en cambio, en beneficio de la economía.

A la corriente más positiva para el futuro parece aferrarse Société Générale, que pronostica un crecimiento del 1,6% para España el año que viene. Es la previsión más elevada; todas las demás rondan el 1% (BBVA, Bankia, CatalunyaCaixa, Esade, Funcas, La Caixa, Santander, Standard & Poor's y Repsol, entre otros) o están claramente por debajo (como las de CEOE o Crédit Agricole). También está el prestigioso panel de los principales institutos alemanes de coyuntura, que da un anémico crecimiento del 0,1% para la economía nacional en 2012. El documento no habla de recesión (aunque tampoco pormenoriza la evolución por trimestres), pero está claro que el optimismo brilla por su ausencia.

Eso sí, España necesita un crecimiento que ha oscilado en el pasado entre el 1,5% y el 2% para crear empleo. Y eso nadie lo ve posible al menos hasta 2013. Cómo mínimo, el futuro viene teñido de gris.

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