Los municipios turísticos se unen a la liberalización comercial de Madrid
Decenas de municipios turísticos han seguido la estela de Madrid y han acelerado las peticiones para obtener permisos temporales que les den libertad de horarios en el comercio. Andalucía ha aprobado cinco en el último año y Santa Cruz de Tenerife y Palma de Mallorca se han unido a la lista de las que persiguen eliminar trabas.
La Comunidad de Madrid sigue liderando la ofensiva en España para liberalizar los horarios comerciales en España. Es la que más festivos permite abrir a sus comercios (22 al año) y es la primera que pretende otorgar libertad al pequeño comercio, siempre que su superficie sea inferior a 750 metros cuadrados, para abrir todos los días del año y 24 horas al día.
El resto de autonomías no parecen estar dispuestas a seguir la velocidad de crucero alcanzada por el Gobierno de Esperanza Aguirre, pero disponen de otros mecanismos con los que aprobar permisos temporales para liberalizar los horarios en su territorio. Y el más utilizado es el de la declaración de zona de gran afluencia turística (ZGAT). Se trata de un permiso que la comunidad autónoma concede a los ayuntamientos y que les otorga libertad de horarios de forma temporal. Este mecanismo es el que ha utilizado, precisamente, Esperanza Aguirre para otorgar esa consideración a ocho áreas en Madrid (Castellana, Recoletos, Salamanca, Cortes, Palacio, Sol, Barajas-T4 y Campo de las Naciones).
La petición la realiza el ayuntamiento y se somete a un periodo de alegaciones por parte de organizaciones sociales, sindicatos o empresarios. Una vez recibidas, la comunidad analiza si la zona en cuestión cumple con los requisitos establecidos (número de plazas hoteleras, bares, restaurantes, atractivos o beneficios que se pueden obtener) y finalmente concede o deniega el permiso. En la actualidad, Madrid dispone de otras 82 ZGAT en 79 municipios.
Palma de Mallorca o Santa Cruz de Tenerife quieren eliminar barreras para sus centros históricos
Y detrás de Madrid van el resto de destinos turísticos, como Andalucía, Canarias, Baleares o la Comunidad Valenciana. En Andalucía hay declaradas 23 zonas de gran afluencia, de las que cinco (Isla Cristina y Ayamonte en Huelva, Mojácar y Vera en Almería y Véjer de la Frontera en Cádiz) se han aprobado en el último año. En general son todos destinos del litoral, a los que se les concede permiso para abrir los festivos durante la Semana Santa y del 1 de julio al 15 de septiembre. Ese periodo se amplía hasta el 30 de septiembre en el caso de la Comunidad Valenciana, en el que hay 41 zonas. En ambas comunidades también se otorgan permisos especiales para todo el término municipal de Jerez y Valencia, que disponen de plena libertad para abrir durante la celebración de los premios de motociclismo y F1.
El vuelco electoral en las elecciones del 22-M y la aceleración de la crisis también han jugado un papel protagonista a la hora de impulsar la liberalización en otras comunidades tradicionalmente más conservadoras. Es el caso de Baleares, en el que ya ha habido un municipio (Palma de Mallorca) que está estudiando la posibilidad de declarar el centro como ZGAT. El primer teniente de alcalde y concejal de Turismo de Palma, Álvaro Gijón, justificó esa decisión por el hecho de que el 40% de los turistas de cruceros que llegan a Palma lo hace en sábado y se encuentra con las tiendas cerradas. Este precisamente fue el argumento esgrimido por Isidoro Álvarez, presidente de El Corte Inglés, en una de las últimas reuniones que mantuvo el presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, con los líderes de las empresas más importantes de España. En el encuentro, Álvarez se quejó ante Zapatero de que lleguen cruceros a zonas y ciudades turísticas en domingo con todo el comercio cerrado.
Esa misma tesis es la que ha defendido el consistorio de Santa Cruz de Tenerife para que el centro de la localidad fuera declarada ZGAT y se pudiera beneficiar de la libertad de horarios. El pasado 7 de julio, la Consejería de Empleo del Gobierno canario hizo pública esa declaración, que permitía a todos los comercios incluidos en ese perímetro abrir sin límites, siempre respetando el máximo de 90 horas semanales.
Esa medida, que buscaba estimular la actividad y el empleo, tuvo un efecto contraproducente, como demuestra el hecho de que su aplicación se tuvo que retrasar a septiembre ante las quejas de la gran mayoría de comercios afectados. El presidente de la Federación de Áreas Urbanas de Canarias y uno de los principales impulsores de la medida, Abbas Moujir, justificó el retraso por el elevado sobrecoste que suponía tener los establecimientos abiertos. "Los gastos de electricidad, agua y personal superan con creces los beneficios de un día festivo con mucha gente de vacaciones", remarcó.
Consciente del tirón del turismo a lo largo de este último ejercicio y del efecto multiplicador que este podría tener sobre los destinos más visitados, el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo trató de poner en marcha antes del verano, sin mucho éxito, una estrategia común para unificar entre todas las comunidades la definición de una zona de gran afluencia turística. En las negociaciones, Industria propuso que el centro de las grandes ciudades fuera considerado zona de especial interés turístico, ya que era donde se concentra el mayor número de viajeros. De este modo se evitaba tener que pasar por la aprobación previa de la comunidad autónoma y se atendía la demanda de la gran distribución, aunque también se topaba con el rechazo frontal del pequeño comercio. Finalmente esa reforma quedó paralizada por la cercanía de las elecciones y la falta de tiempo para consensuarla entre todas las autonomías.
En Cataluña sí se abren los domingos y festivos
Cataluña siempre se ha mostrado, frente al resto de comunidades autónomas, como una de las que más se ha opuesto a la apertura de horarios comerciales. El calendario fijado por la Generalitat establece que solo se puede abrir de lunes a sábado de 7 a 22 horas con un máximo de 12 horas al día. El Ejecutivo regional permite abrir hasta un máximo de ocho festivos (frente a los 21 de Madrid) y tan solo establece dos excepciones (24 y 31 de diciembre). Estas restricciones, sin embargo, no impiden que el Gobierno catalán también apruebe salvedades, a través de la catalogación de un municipio como turístico. De hecho, existen en la actualidad 83 ayuntamientos con esa consideración, sin un perfil claro entre ellos. Hay destinos típicamente veraniegos con una gran cantidad de segunda residencia (Platja d'Aro, Begur, Malgrat de Mar, Sitges o Sant Pol de Mar), pero también cohabitan localidades del interior y otras que no parecen candidatas en un primer momento a ocupar ese puesto.Dos casos paradigmáticos de lo contradictorio que puede resultar la regulación autonómica en materia comercial se produce en los casos de los municipios de Gelida (Alt Penedès) y Senia (Montsia). El primero tiene 1.661 viviendas habituales y 636 segundas residencias. No tiene campings ni hoteles y sin embargo está declarado oficialmente municipio turístico. Por su parte, Senia tiene 1.832 primeras residencias y 401 segundas residencias y también cuenta con esa consideración.Barcelona, sin embargo, no es municipio turístico y nunca ha solicitado esa consideración, ante el fuerte peso que tiene el pequeño comercio en el conjunto de las empresas.
La cifra
82 zonas de gran afluencia turística ha declarado Madrid en 79 municipios. De ellas, 8 pertenecen a la capital.