El consejo de Repsol prohibió el derecho de voto a Pemex y Sacyr
El consejo de Repsol no solo ha acordado una reforma de sus normas internas para poder expulsar a Pemex y Sacyr, sino que ya en su reunión del miércoles se les atribuyó "un conflicto de interés permanente" que les impidió votar la reforma. La mexicana dice que dará la batalla e insiste en que no es un competidor de Repsol en España ni en México.
A medida que se van conociendo detalles del contenido del consejo de Repsol celebrado el miércoles, se pone de manifiesto la elevada "carga de hostilidad" y lo bronco de la reunión, que dejó sorprendido al director general de Pemex, Juan José Suárez Coppel. Este ocupó el sillón del representante habitual del grupo mexicano, José Manuel Carrera, para poder asistir al primer consejo tras la firma de su pacto con Sacyr, después de que se le impidiera acudir como invitado, señalan fuentes próximas a Pemex.
El consejo tenía lista toda su artillería para forzar a los aliados a deshacer un acuerdo que les otorga el 29,5% de los votos de la petrolera que preside Antonio Brufau. Para ello, el frente de Brufau, La Caixa y los ocho consejeros independientes, votaron a favor de una reforma del gobierno corporativo, que podría implicar un cambio de los estatutos y que debería ser votado en la junta, así como la de dos artículos del reglamento (el 19 y el 22) para "reforzar los mecanismos de protección" ante dos situaciones de conflicto de interés, como son determinar cuándo un consejero es un competidor y aprobar operaciones vinculantes. También se acordó estudiar el conflicto derivado del propio pacto accionarial.
Unas reformas con las que se pretende declarar a Pemex competidor incompatible para estar en el consejo y, por extensión, a su socio sindicado, Sacyr. Por esta razón, la mayoría acordó que se prohibiera a los tres representantes de la constructora, y al de Pemex, votar unos acuerdos que les afectaban directamente, alegando "la presunción de un conflicto de interés permanente". Las afectadas consideran que es un derecho de voto que se les ha hurtado, por lo que impugnarán dichos acuerdos en los tribunales, una vez que reciban las actas del consejo. Y opinan que son derechos que solo se les puede quitar en una junta.
En la reunión, fue el consejero independiente y presidente de BBK, Mario Fernández, el que defendió las citadas reformas para demostrar la incompatibilidad de Pemex (y la de Sacyr, por considerarse un todo). Por su parte, el grupo mexicano, que se lamenta de "las falsas interpretaciones" que en Repsol están haciendo del pacto, llevó dos informes para demostrar que no es un competidor: ni ella está en España (no refina crudo ni distribuye carburantes) ni Repsol está en México. "Decir eso, es no conocer el negocio petrolero", subrayan.
Aunque, según fuentes jurídicas, no son necesarias las reformas acordadas para destituir a los consejeros (bastaría un acuerdo de junta sin necesidad siquiera de invocar causa alguna), en Repsol han buscado una mayor cobertura formal ante la sospecha de que los damnificados impugnarían los acuerdos. Como así lo han confirmado.
En Pemex dicen buscar únicamente oportunidades de colaboración con Repsol y maximizar su valor: "No hay más que ver la evolución del precio de la acción desde que llegó Brufau". En este sentido, se lamentan de que en el consejo se hablase más del gobierno corporativo de Sacyr, que el de la propia Repsol, y de que se simplifique el pacto diciendo que los socios solo aspiran a repartir más dividendo y a recortar las inversiones de la compañía. Pemex tampoco pretende, afirman en su entorno, tener más del 10% de Repsol.
Los socios hispano-mexicanos pidieron cuentas al consejo sobre dos cuestiones: el coste de las actuaciones de la dirección de Repsol para atacarlos y por qué han reclamado que la CNE considere a Repsol una empresa regulada. En ambos casos se apeló al conflicto de interés de los dos accionistas. Además, la mayoría había apoyado antes las medidas de los gestores contra el acuerdo.
Nuevas reuniones
El primer ejecutivo de Pemex, Suárez Coppel, no ha querido volver a México sin mantener una reunión con representantes de La Caixa, segundo accionista de Repsol (12,8%) y apoyo de Antonio Brufau. Fuentes solventes aseguran que ayer se produjo ese contacto.
El Gobierno mexicano habló con el español
Antes de que Pemex y Sacyr anunciaran hace un mes su pacto para sindicar sus participaciones, que incluía el compromiso de la primera de pasar del 4,8% al 9,8%, el Gobierno mexicano habló con el español para informarle de una operación "exclusivamente corporativa". Según fuentes solventes, el Gobierno español se mostró de acuerdo y lo vio como una cuestión empresarial.A mediados de agosto, el presidente de Repsol, tras los rumores de que Pemex estaría tomando posiciones, mantuvo un encuentro en la capital mexicana con los responsables de Pemex, al que se le comunicó que aún no había nada en firme. La operación se había gestado meses antes y de ella no es ajeno, según algunas fuentes, el nuevo consejero de Pemex en Repsol, José Manuel Carrera, que sustituyó el pasado diciembre al histórico Raúl Cardoso.