Adiós a la buena 'mini racha' en Wall Street
Jornada de titubeos que dejan paso a las pérdidas en la Bolsa de Nueva York, donde los operadores optaron por la cautela en la antesala de la tasa de paro. Ni el recorte de las peticiones semanales de desempleo ni el ISM manufacturero -superior a las previsiones- fueron suficiente acicate para extender las ganancias de las cuatro últimas jornadas.
El Dow Jones cede un 1,03% (11.493 puntos); el S&P 500 cae un 1,19% (1.204 enteros); y el tecnológico Nasdaq baja un 1,30% (2.546 puntos).
El parqué neoyorquino abandona las alzas de los últimos días. Y lo hace parapetado en el dato mensual de empleo que será divulgado mañana. Los inversores adoptan posiciones conservadoras y frenan la actividad compradora, en previsión del veredicto.
Se impone así la corriente bajista, pese a que la publicación del ISM manufacturero a primera hora de la tarde avivó las ganancias.
La actividad industrial cayó tres décimas en el mes de agosto. Aunque es el peor registro en dos años, la referencia mejoró con mucho el pronóstico de los expertos. El ISM manufacturero cedió hasta los 50,6 puntos -desde los 50,9 del mes anterior-, mientras que los analistas habían adelantado que bajaría hasta los 48,5 puntos.
Poco antes del toque de campana también fueron difundidos los datos semanales de solicitudes de subsidio. Las peticiones iniciales de desempleo en ese periodo retrocedieron hasta las 409.000, desde las 421.000 de la semana precedente. El resultado es acorde a las previsiones de los analistas, que habían avanzado 410.000 solicitudes.
En el apartado empresarial, AT&T pierde un 0,7%, después de cerrar ayer con un descenso del 3,85% tras anunciarse que las autoridades han bloqueado la fusión con T-Mobile.
General Motors encaja un recorte superior al 4%, pese a que el fabricante automovilístico informó hoy de que sus ventas en Estados Unidos aumentaron un 18% en agosto.
Por otra parte, Bank of America cae más del 3%. El banco ha anunciado que planea vender o cerrar su negocio hipotecario.
Respecto a las materias primas, el petróleo West Texas se encareció un 0,13%, para acabar a 88,93 dólares el barril.