Países emergentes, la piedra filosofal de la rentabilidad
La ruta hacia los 'puertos seguros' para la inversión lleva a mercados remotos: Asia, Oriente Próximo, América Latina e incluso África son la nueva apuesta ganadora
Un universo emergente entra de lleno en los esquemas de inversión. El núcleo de riesgo ha pasado de los focos tradicionales al corazón del sistema capitalista. La vieja Europa, Japón y EE UU ya no son un lugar seguro para las carteras. Economías tan dispares como China, Nigeria, Dubái o Brasil ofrecen la fórmula ideal que combina bajo endeudamiento público y privado, con una fuerte tasa de crecimiento económico y una población joven y en rápido aumento. Los inversores no pueden seguir obviando a este nuevo mundo. "Hoy, el 50% del PIB mundial procede de países emergentes y, en un futuro previsible, esta tendencia solo puede hacer otra cosa que continuar. Han pasado de ser una clase de activo táctico a uno estratégico", explica el responsable de renta variable emergente de la gestora Schroders, Allan Conway. "Estamos convencidos de que en los próximos 12 meses, los emergentes ofrecerán una gran rentabilidad, tanto comparada con los mercados desarrollados, como en términos absolutos", remacha Conway.
Las primeras en darse cuenta del nuevo paradigma económico son las propias compañías de los países avanzados. Para las empresas europeas, los ingresos procedentes de su actividad en el mundo emergente han pasado del 9% en 1990 al 20% en la actualidad. Por eso, invertir en firmas de países occidentales con exposición a otras regiones se ha convertido en una fórmula de inversión muy popular. Conway considera, sin embargo, que esta ruta indirecta puede no ser la más apropiada: "Significa que se invierte en compañías donde al menos un 50% de los ingresos proceden de economías maduras. Esto no solo diluye la inversión, sino que además probablemente implica estar pagando una prima por las operaciones de esas empresas en el resto del mundo", subraya el experto de Schroders.
Buen momento para la renta fija
El consenso del mercado es que las economías emergentes mantendrán en los próximos años tasas de crecimientos superiores en al menos tres puntos porcentuales de PIB respecto a las regiones más avanzadas. Pero eso no significa que estén aisladas de lo que sucede en el mundo. La mayoría de estos países han edificado su fortaleza a base de exportaciones y es solo ahora cuando están virando hacia un modelo más basado en la demanda interna. Las Bolsas emergentes han sufrido y mucho. Los castigos este año están siendo mayúsculos. Por poner algunos ejemplos, el índice Sensex de Bombay cae un 22% en el año; el Kospi de Seúl, un 13,3% y el Hermes de El Cairo, una de las apuestas que hicieron furor en 2009 y 2010, casi un 30%. Por eso, algunos expertos recomiendan centrarse más en estos momentos en la renta fija.
"Actualmente, vemos un mayor atractivo en las emisiones de renta fija. A la solidez financiera de la mayor parte de estos países y de sus compañías, se añade ahora un menor riesgo de subidas de tipos", confirma Rosa Duce, economista del centro de inversiones de Deutsche Bank. Precisamente, la inflación es una de las principales amenazas para estos países, lo que ha conducido a una política monetaria muy restrictiva en el último año. Como botón de muestra, China ha subido cinco veces los tipos hasta elevar el precio del dinero al 6,81%.
En España se comercializan bastantes fondos con exposición a renta fija emergente, que están funcionando muy bien. Es el caso del Aberdeen Global Emerging Markets, que gana un 16,5% en el año; el BNY Mellon Emerging Debt, que se ha revalorizado más de un 10%; el fondo de renta fija global emergente de HSBC, un producto con categoría cinco estrellas en la clasificación de la firma de análisis Morningstar, o el UBS Europa Convergente, también de cinco estrellas, con un rendimiento del 4,3%.
Hacia una oleada de recalificaciones
Un análisis realizado por la gestora británica Silk Invest pone de manifiesto que América Latina, Asia emergentes, Oriente Próximo y África son los bloques económicos con menos deuda y más reservas en divisas del mundo, medidos estos indicadores en porcentaje del PIB. Quedan muy lejos tiempos de la llamada crisis del Tequila en 1994; el desplome de Tailandia en 1997 o la devaluación rusa de 1998. Todas estos shocks fueron causados por los mismos problemas que hoy atenazan al mundo desarrollado: un exceso insostenible de endeudamiento, una enfermedad económica de la que siempre se sale de forma agónica. La disciplina emergente tiene un reconocimiento. La firma Western Asset recuerda que el 60% de los estados soberanos y el 70% de las empresas emergentes tienen ya grado de inversión por las firmas de rating. Y la perspectiva es que esto mejore aún más. "Las agencias occidentales S&P, Moody's y Fitch tienden a infravalorar a las economías emergentes. En los próximos años habrá una convergencia de ratings con el mundo desarrollado, lo que nos lleva a estar sobreponderados en aquellos países que consideramos que tienen mejores fundamentos macroeconómicos", afirman desde Lombard Odier, que pone el foco en China, Rusia, Taiwán, Corea del Sur, Indonesia y Arabia Saudí.
Pese a todo, el temor a una recesión global ha desembocado en un fuerte varapalo en los mercados. Para los expertos, esto supone un auténtico filón. "A los niveles actuales, hay grandes oportunidades", asegura Claudio Brocado, de Batterymarch, que pone como ejemplo Brasil: "Nos gusta todo lo que tenga que ver con consumo; también el sector de telecomunicaciones, que tiene el carácter defensivo, como en los países desarrollados, pero al mismo tiempo también es de fuerte crecimiento; el sector vivienda también es muy interesante. Brasil tiene el potencial de ofrecer una cartera muy diversificada". Brocado cree que los inversores están, por término medio, poco expuestos al mundo emergente y recomienda aprovechar las correcciones bursátiles para ir incrementando las posiciones con vistas a medio y largo plazo.
Laurence Bensafi, de Aviva Investors, aconseja, por ejemplo, fijarse en bancos, energéticas y telecos de China. Javier Niederleytner, profesor del IEB, destaca Brasil, China, Rusia, Corea, India y Sudáfrica como los países que ofrecen mejores oportunidades de inversión. Desde Silk Invest aconsejan no olvidarse de economías como Nigeria, que ha emprendido una profunda reforma financiera, o Kenia, un país vanguardista en introducir servicios bancarios por telefonía móvil... La ruta por la que pasa el futuro de la inversión financiera está clara.