Japón crecerá al 3% en 2012 por la inversión en reconstrucción
La economía de Japón está creciendo a pasos agigantados después del terremoto y el tsunami que devastaron la costa noreste del país. La inversión en reconstrucción empujará al PIB a crecer un 3% en 2012, aunque aún genera algunas dudas a medio plazo.
El impacto de la combinación del terremoto y el tsunami que asoló Japón en marzo hundió el despertar que estaba viviendo la economía del país. En 2010, Japón cerró con un crecimiento del PIB del 4%, sin embargo, la catástrofe provocó que, según el FMI, su economía se contrajese en casi tres puntos.
No obstante, Japón se movilizó rápidamente para reconstruir las zonas más devastadas, con unas inversiones que crecieron un 4% en el sector público y un 7% en el privado. Según los cálculos del Gobierno nipón, el impacto de la inversión para la reconstrucción del país, se situará entre el 2% y el 4% del PIB en los próximos años.
La celeridad para reconstruir las zonas dañadas generará ya un crecimiento inesperado para la segunda mitad de este año en torno al 2% según los cálculos de Citigroup, con lo que cerrará el ejercicio con una contracción de apenas el 0,7%, y encarará 2012 con unas previsiones de crecimiento del 2,9%, según el FMI.
Las exportaciones jugarán un papel muy importante para recuperar la senda del crecimiento, ya que aumentarán el próximo año un 9,7%, a pesar de la caída que están sufriendo en la primera mitad de 2011. En junio, el superávit por cuenta corriente nipón retrocedió un 50,2% respecto al mismo mes del año anterior, con lo que sumó cuatro meses consecutivos de caídas, mientras que las exportaciones disminuyeron un 1,1%. "El alza del yen es una de las principales amenazas para el país", advierte José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney, ya que puede poner en peligro sus exportaciones en el futuro. Mientras se mantengan las dudas en los mercados de Europa y de Estados Unidos, el yen seguirá siendo un refugio seguro para los inversores, por lo que es previsible que las tensiones alcistas se mantengan. Esta situación ya obligó al Gobierno a intervenir su moneda la semana pasada.
Nuevas dudas
Pese a estas buenas perspectivas, Japón tendrá que superar diversas dificultades para conseguir un crecimiento sostenido en los próximos años. El FMI advirtió al Ejecutivo de que la elevada deuda pública comienza a generar incertidumbres. Las ayudas para la reconstrucción están exigiendo un esfuerzo muy importante a las finanzas públicas, lo que podría disparar el déficit al 10,5% a final de año y empujar la deuda a superar el 225% del PIB.
El incremento del gasto, unido a la pesada deuda, preocupan al FMI, que advirtió al Gobierno que una de sus prioridades debe ser generar las condiciones necesarias para lograr un crecimiento sostenido a medio plazo. Según José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citigroup en España, "está en manos de las autoridades japonesas el crecimiento potencial para el país". Sus previsiones apuntan hacia un aumento constante del PIB entre el 1,5% y el 2% hasta 2015 y con un ajuste fiscal que reduzca la deuda del Estado. Para ello, tendrán que esforzarse en encontrar el equilibrio perfecto en la reducción del gasto público. Se trata de que sea suficiente como para no alertar a los mercados, y no tan acusado como para estrangular la actividad.
La abultada deuda exige un severo ajuste fiscal hasta 2020
El crecimiento de Japón en el próximo lustro está supeditado a superar los riesgos derivados de una deuda que supera el 225% del PIB y un déficit que ascenderá hasta el 10,5% a final del año, avisa el FMI. Para superar este riesgo, el organismo recomendó al Gobierno nipón una serie de reformas encaminadas a reducir el déficit. El organismo financiero exige recortes del gasto en Seguridad Social, elevar los impuestos y acelerar las reformas estructurales.Según el Fondo, para conseguir unas expectativas optimistas a largo plazo, Japón debería reducir el déficit fiscal hasta el 0,5% del PIB en 2020. Una de las medidas que demanda es subir el IVA en dos o tres puntos porcentuales, ya que actualmente está en el 5%, frente al 16% de media que tienen los países de la OCDE. Este alza sería muy positivo, ya que "afectaría poco y ayudaría a financiar la reconstrucción", afirma José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney. "Japón tiene un problema estructural", recuerda Díez, "ya que cuenta con un sector exportador muy potente, pero una demanda interna muy débil". El envejecimiento de la población y el miedo a endeudarse provocan que el consumo interno se mantenga en niveles bajos y, por tanto, que dependa tanto del ritmo de las exportaciones. La sociedad japonesa es muy ahorradora, explica, y lo que no gastan, lo prestan al exterior. Esta tasa de ahorro privado es lo que permite al Estado emitir deuda con una baja rentabilidad. Sin embargo, el alza del yen en los últimos meses por la inestabilidad financiera de EE UU y Europa amenaza el sector exportador. Desde abril, la divisa nipona se ha apreciado casi un 10%, hasta obligar a su Gobierno a intervenir para rebajar su divisa. A su vez, el Banco de Japón deberá controlar los niveles tan bajos de inflación, ya que, de caer en una tasa negativa, podría suponer condenar al débil crecimiento del PIB a los números rojos.