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Lecturas de verano

Cuando la indiferencia es la peor actitud

¡Indignaos! es un pequeño libro que se puede leer en unas horas. Vendió más de 500.000 copias en Francia durante los dos últimos meses del 2010, y la traducción española estuvo disponible para el Día del Libro, cuando ya se convirtió en un superventas. De Stéphane Hessel impresiona, en primer lugar, su biografía. Su activismo contra los movimientos fascistas, las reclusiones en varios campos de concentración, su participación en la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y esos 93 años que lo sitúan en un lugar privilegiado para lanzar una mirada crítica sobre nuestra civilización.

Hessel indica que en los años de la resistencia el enemigo era perfectamente identificable. En cambio, hoy es poco visible y difícil de discernir. En cualquier caso queda claro que se refiere a los mercados, en general, o al poder del dinero que domina los procesos de decisión tanto en las grandes corporaciones como en otros ámbitos de la sociedad. En dicho sentido nos recuerda que muchas de las reformas actuales refuerzan los intereses de los mercados y de los que, al controlarlos, acaban beneficiándose de ellos.

Hessel nos habla asimismo de dos visiones de la historia. Una en la que, no sin esfuerzos, se sigue un camino en el que se va construyendo la libertad del hombre y que debería llevarnos a un estado de democracia ideal. Y otra que transcurre por el camino del "siempre más", de la avaricia exagerada, y que las visiones técnico-económicas dominantes en nuestras sociedades justifican.

La indiferencia, según el autor, es la peor actitud en la situación actual. En concreto, para Hessel existen varios desafíos importantes: las crecientes diferencias entre los más ricos y los más pobres; los derechos humanos y la situación del planeta. Ante ello propone una insurrección pacífica. La no violencia aparece como el mejor camino para cambiar el statu quo.

En Francia Hessel ha sido criticado por diversos motivos. Por ejemplo, se ha argumentado que sus razonamientos no eran lo suficientemente profundos. También que más que la indignación se debería apelar a la reflexión de los ciudadanos. En cualquier caso está claro que sus ideas son ya en estos momentos no solo una fuente de discusión sino también una palanca de acción. Esperemos que la vía pacífica siga siendo preponderante.

Juan Ramis-Pujol es profesor de Dirección de Operaciones e Innovación en Esade

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