El encarecimiento del crudo engulle todos los beneficios del turismo
La carestía del crudo amenaza la recuperación en España y complica el objetivo de que el PIB crezca un 1,3%, tal y como prevé el Ejecutivo. Los beneficios del turismo, que se han elevado a 14.000 millones hasta mayo, se han visto diluidos por el alza del petróleo. En el mismo periodo, las importaciones del preciado líquido se han elevado a 17.654 millones.
La crisis en el norte de África y la recuperación de los tres mayores mercados emisores de turistas (Reino Unido, Alemania y Francia) han propiciado un fuerte tirón de la entrada de turistas y por extensión de los ingresos por esa actividad.
En los cinco primeros meses rozaron los 14.000 millones de euros, según los últimos datos del Banco de España, muy cerca del máximo histórico alcanzado en 2008. Sin embargo, ese excedente del turismo, que ha sido el principal motor de la economía española, no va a servir para reducir el déficit corriente de España, que se está viendo lastrado por el encarecimiento del crudo.
En lo que va de año, la media del precio del barril de Brent, de referencia en Europa, se ha situado en 112 dólares, lo que supone un incremento del 43% respecto al nivel alcanzado en el mismo periodo del pasado ejercicio. Ese mayor coste ha disparado las importaciones de crudo hasta los 17.654 millones entre enero y mayo.
La diferencia entre las compras de petróleo y los ingresos por turismo ofrece un saldo negativo de 3.711 millones de euros, muy por encima del registrado hace tan solo un año (598 millones) y radicalmente diferente al obtenido en 2009, que arrojó un saldo positivo de 3.765 millones.
De este modo, el encarecimiento del crudo se une a la crisis de la deuda y al plan de consolidación fiscal como un nuevo obstáculo en la recuperación económica. De hecho, un informe elaborado por técnicos del Ministerio de Hacienda advierte que si la cotización del petróleo se mantiene en el nivel de los 120 dólares, el coste para la economía española se elevará a medio punto de PIB. Este sería un golpe definitivo para la debilidad de la economía de España y echaría por tierra la previsión oficial de crecimiento, que estima que llegará al 1,3% del PIB.
Pero además de comerse todos los beneficios del turismo, la carestía del crudo está teniendo un impacto directo en el deterioro de la balanza comercial, ya que más del 62% de la diferencia negativa entre ingresos y gastos corresponde a ese apartado. Entre enero y mayo, el déficit se elevó a 20.141,8 millones, de los que 12.616,1 millones correspondieron a crudo y derivados.
Otro indicador que sirve para medir el impacto que tiene el mayor precio del crudo es el porcentaje del déficit comercial que cubre el superávit del turismo (diferencia entre ingresos y gastos). En los cinco primeros meses de este año, esa tasa ha sido del 53,9%, lo que significa que el saldo positivo del turismo apenas cubre algo más de la mitad del déficit comercial.
El hecho de que el crudo esté caro también tiene un impacto directo sobre el dinero que tienen que destinar todos los agentes económicos para su actividad diaria. En los Presupuestos Generales de 2011, el Ejecutivo había estimado que el precio medio del barril de Brent se situaría este año en 81,8 dólares. Entre enero y junio, el valor medio se ha elevado a 112 dólares, lo que supone una diferencia de 30 dólares. Si se tiene en cuenta que España consume diariamente 1,5 millones de barriles y si se mantiene la diferencia entre la estimación del Ejecutivo y la cotización internacional, el Estados, las empresas y los hogares deberán afrontar un sobrecoste adicional de 17.000 millones de euros.
La gasolina se mantiene cerca de máximos
Otro de los efectos del encarecimiento del crudo ha sido la merma en el poder adquisitivo de los hogares. El alza del petróleo y de los demás componentes energéticos ha sido el factor determinante para que los precios en España volvieran a crecer con fuerza a principios de año y se situaran en una tasa del 3,8% en abril, un nivel que no se alcanzaba desde finales de 2008. En los meses posteriores ha ido descendiendo hasta llegar al 3,2% en junio, gracias en gran medida al abaratamiento del crudo.El barril de Brent, de referencia en Europa, bajó con fuerza a finales de la semana pasada y se situó por debajo de los 110 dólares. Pese a ese descenso, el precio de venta al público de los carburantes sigue rozando máximos históricos. Los últimos datos del Boletín Petrolero de la UE, correspondientes a la primera semana de agosto, muestran como el precio de la gasolina y el gasóleo apenas ha descendido. En el caso de la gasolina súper de 95 octanos ha bajado levemente hasta 1,354 euros por litro, mientras que el de gasóleo lo ha hecho hasta 1,280 euros. En ambos casos, el precio está todavía muy cerca de los máximos históricos alcanzados a finales de abril. En esa fecha, el litro de gasolina llegó a 1,381 euros y el de gasóleo a 1,308.Esta diferencia entre el petróleo y la gasolina tiene que ver más con el hecho de que las subidas y las bajadas en la cotización internacional del Brent no son inmediatas y tardan algunas semanas en trasladarse al surtidor. En lo que va de año, el barril de Brent se ha encarecido un 13,3%, mientras que el precio de la gasolina y el del gasóleo han subido un 7,8%, por lo que podría experimentar ligeros repuntes en el futuro.