Los tiburones financieros huyen de las aguas peligrosas
El cierre del hedge fund gestionado por George Soros ha sido la última de las huidas hacia aguas más tranquilas. Los cambios en la regulación financiera de Estados Unidos están provocando la salida de los tiburones financieros de los fondos de alto riesgo en busca de aguas más cálidas y menos peligrosas para sus patrimonios.
Las aguas de los mercados bursátiles andan revueltas. El segundo plan de rescate a Grecia no ha logrado apaciguar a los mercados de deuda y en menos de una semana las tensiones sobre el riesgo país de Italia y España han vuelto a resurgir. En Estados Unidos, la trifulca entre republicanos y demócratas sobre la ampliación del techo de gasto público se mantiene y cada vez queda menos oxígeno para que logren alcanzar un acuerdo: el plazo para que la primera economía del mundo entre en suspensión de pagos está marcado en rojo para el próximo 2 de agosto.
Con unas expectativas sobre los mercados de deuda y renta variable nada halagüeñas para el segundo semestre del año, a la espera de ver cómo evoluciona el crecimiento económico mundial, y el cambio de regulación financiera en EE UU, que a partir de 2012 obligará a todos los fondos de inversión de alto riesgo a ser más transparentes, los grandes tiburones financieros están alejándose de los activos más peligrosos y refugiándose en aguas más tranquilas.
Esta semana el multimillonario de origen húngaro George Soros anunciaba su jubilación. El gestor comunicaba el cierre de su hedge fund y aseguraba que a partir de ahora se dedicará a gestionar el patrimonio familiar desde su family office. Los analistas han mencionado su edad, 81 años, entre las causas que le han llevado a adoptar esta decisión, pero también apuntan a la diana de los cambios regulatorios. A partir de enero de 2012 y según la ley Dodd-Frank los fondos de alto riesgo que gestionen activos de terceros superiores a 150 millones de dólares estarán obligados a dar información al regulador del mercado estadounidense, la SEC, sobre la gestión de sus carteras. Una reforma financiera creada para evitar un nuevo colapso financiero tras de la quiebra de Lehman Brothers.
Soros se compromete así a devolver antes de finales de año todo el dinero invertido por parte de terceros, algo menos de 1.000 millones de dólares de los 25.000 millones que gestiona, en el fondo Soros Fund Management. Según los expertos, el movimiento de Soros ya se dejaba entrever desde hace unos meses, cuando aumentó la liquidez del fondo hasta el 75% y se centró en inversiones a corto plazo.
La decisión adoptada por Soros sigue los pasos dados en marzo por Carl Icahn, que gestionaba a través del fondo Icahn Capital cerca 7.000 millones de dólares. El financiero anunció que devolvería a los inversores externos su inversión, 1.750 millones de dólares, asegurando que "aunque a muchos les sonará sensiblero, las pérdidas que sufrieron los inversores en nuestros fondos en 2008 me preocuparon mucho más, en muchos aspectos, que las mías propias". El multimillonario buscaba con su decisión evitar que esa situación se repitiera afirmando que es evidente si se tiene en cuenta "el rápido crecimiento del mercado en los últimos dos años".
Otros de los grandes gestores que han cerrado las puertas de su fondo a terceros inversores has sido Chris Shumway, gestor del fondo Shumway Capital Partners, y Stanley Druckenmiller, que tan solo un mes después de la aprobación de la reforma financiera de EE UU anunció que devolvería el patrimonio invertido en el Duquesne Capital Management LLC, que en ese momento gestionaba activos por importe de 12.000 millones de dólares.
A partir de ahora la pregunta que se hacen los analistas es si habrá más gestores de fondos que adoptarán esta medida para escapar de las nuevas exigencias de transparencia. Inversores como Louis Bacon o John Paulson están sufriendo las consecuencias de un año difícil para la industria de los hedge funds. El fondo Advantage Plus, gestionado por Paulson y con activos de 9.000 millones, pierde un 20,9% en lo que va de año.
Entre los grandes tiburones financieros el pesimismo económico también ha hecho acto de presencia. Ray Dalio, el fundador del mayor hedge fund del mundo que gestiona activos por importe de 90.000 millones de dólares, Bridgewater, aseguraba hace unos días que la inyección de liquidez llevada a cabo por la Reserva Federal con el QE1 y el QE2 podría provocar un nuevo colapso de la economía mundial "a finales de 2012 o principios de 2013".