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Claves para entender la reforma del sistema y el 'caso cam'

Procesos de fusión: en 2009, el Banco de España ofreció fondos a las entidades financieras, fundamentalmente a las cajas, para que sanearan sus balances, redujeran su red de oficinas y ganaran tamaño a través de procesos de integración. Caja Mediterráneo se sumó al grupo Banco Base, liderado por Cajastur, que sumaba más de 100.000 millones de euros de activos.

Decreto de solvencia: las persistentes dudas sobre la solvencia del sistema financiero español llevaron al Gobierno y al Banco de España a aprobar un real decreto, que posteriormente fue ratificado por el Parlamento, que incrementaba notablemente las exigencias de capital que se requerían a las entidades financieras. Las cajas que no cotizaran en Bolsa antes del 30 de septiembre debían alcanzar un nivel de capital principal de 10%.

Tensiones en la fusión: la vuelta de tuerca acordada por el Gobierno generó tensiones dentro del grupo Banco Base. Aunque el 28 de marzo llegaron a entregar un plan de recapitalización al Banco de España, dos días después las tres socias de CAM se desmarcaron y se negaron a poner todos sus activos en el banco común.

En solitario: a partir de entonces, Caja Mediterráneo comenzó una carrera en solitario para buscar capital por su cuenta, para así cumplir con el decreto de solvencia. Sin embargo, la precaria situación del balance de la entidad ha dificultado la búsqueda de un socio inversor.

Test de estrés: las pruebas de resistencia a las que se sometió la banca española pusieron en evidencia el mal estado de las cuentas de la caja alicantina y evidenciaron que su única salida era recibir una inyección de capital del FROB.

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