Frescor en The Workshop Flowers
Sally Lerma traslada su lugar de trabajo, siempre que puede, a un frondoso jardínSecretos de despacho
El mundo de Sally Lerma Hambleton, a simple vista, es maravilloso. Trabaja con flores. Dicho esto, conviene aclarar que desde la primavera al otoño traslada uno de sus despachos de trabajo a un jardín del madrileño barrio de Salamanca. Allí, entre los trinos de los pájaros, las sombras de los árboles y el frescor que aportan las plantas, trabaja esta empresaria, nacida en Madrid hace 40 años, que hace una década dejó una carrera profesional iniciada en el mundo de las finanzas por cumplir su verdadero sueño: el mundo de las flores.
Para contar su historia hay que recordar sus orígenes por vía materna. "Mi madre es inglesa y allí siempre hay una gran tradición por el tema floral y los jardines, algo que en España no sucede de la misma manera". Lo que ella pretende con su floristería -su negocio va más allá de la venta de flores, ya que se centra también en la decoración y en el interiorismo- es trasladar una porción de la vida de un jardín al hogar o al mundo de la empresa. "De lo que se trata es de que los espacios sean lo más bonitos posible con las plantas y las flores". Cuenta todo ello desde un nuevo espacio que acaba de inaugurar hace unos meses, en el interior de un patio donde se ubica el proyecto comercial Federica & Co, y al que Lerma Hambleton anima con sus vistosas composiciones. Es inquieta, habla muy deprisa y puede atender una conversación y un pedido a la vez, la misma aceleración que tiene para atender un negocio que requiere de inmediatez.
Sally Lerma Hambleton llevaba una década trabajando en el sector financiero, junto a dos brókeres, uno inglés, Robert Fleming, y otro francés, perteneciente a Crédit Agricole, Cheuvreux. "Cuando la Bolsa comenzó a ir mal decidí que tenía que dar un cambio a mi vida, esto pasaba por dejar un trabajo donde comencé por casualidad pero que tampoco me entusiasmaba", recuerda ahora. Estudió interiorismo y realizó un máster en Gestión de Carteras en la Bolsa de Madrid, el equivalente a lo que hoy es el Instituto de Estudios Bursátiles (IEB). "Entré a trabajar en este sector y aprendí mucho, cosas que luego me han servido para aplicar a mi vida profesional posterior". Por ejemplo, a priorizar en la gestión diaria. "Trabajé con un jefe muy exigente del que aprendí lo que debía hacer y lo que no debía hacer", señala. Una de las lecciones, la más importante para ella, es saber ponerse "en los zapatos de otros". "Pido a los demás lo mismo que me exigiría a mi misma", dice.
Así que un buen día, en noviembre de 2002, cambió el rumbo de su vida sin saber muy bien hacia dónde dirigiría su negocio, pero teniendo claro que iba a estar rodeada de flores. Viajó a Londres, consideraba que tenía que seguir formándose, y realizó un curso intensivo con el prestigioso maestro Kenneth Turner.
De vuelta a España, decidió empezar haciendo pequeños trabajos para familiares y amigos desde el trastero de su casa. Sin embargo, en apenas seis meses el éxito le desbordó. Cambió el pequeño taller de su casa por una tienda, en la que trabajan una docena de colaboradores. "Al principio, dedicaba las horas en las que cerraba a mediodía para hacer yo misma el reparto. Además, como funcionaba tan bien me encontré con la necesidad de tener producto fresco a diario". Dicho y hecho. Se fue a una feria de flores en Holanda, uno de los mayores mercados del mundo en este sector, y encontró a varios proveedores con ganas de abrir negocio en España. Puede decirse que todo lo que se propone lo consigue. "Pero todo es a base de trabajo y de dedicación, de ponerle ganas y seriedad al negocio".
Aunque la crisis se nota en todos los sectores, en el de las flores se ha dejado sentir sobre todo en el precio de los encargos: ahora el precio medio es de 65 euros, mientras que antes superaba los 100. Consciente de que los clientes valoran las iniciativas que cuidan el bolsillo, ha ideado una nueva área, DIY (do it yourself, hazlo tú mismo) desde la que ofrece consejos para hacer los propios arreglos florales, a la vez que alquila todo tipo de elementos ornamentales, desde candelabros a jarrones, o sofás, para cualquier tipo de celebración. "En España debería haber mayor formación en estos temas".
No sin mi Blackberry
Conciliar es un concepto que preocupa a esta empresaria, "porque considero que es una farsa, es imposible conciliar vida familiar y laboral cuando tienes un puesto de responsabilidad". Solo puedes hacerlo, señala, si tienes respaldo económico y familiar detrás. "Si no, es imposible, la familia siempre se resiente".Sabe muy bien lo que es trabajar teniendo al lado del ordenador a su hija jugando. Por ello, el objeto preferido de Sally Lerma Hambleton es su ordenador y, por supuesto, su Blackberry, de la que no se separa. Además de su agenda, donde anota todo. "Cuando tienes un negocio en el que tienes que responder de forma inmediata a un cliente hay que ser muy ordenada. Trabajo en cualquier rincón". Y dedica todos los días al menos tres horas, de diez de la noche a una de la mañana, a poner en orden asuntos pendientes. Es fácil adivinar que su hobby, en el que invierte su tiempo libre, es visitar jardines, sobre todo en Inglaterra.