Trabajo insta a patronal y sindicatos a seguir negociando pese al decreto
Las negociaciones sobre la reforma de convenios no terminan hoy con la aprobación de un decreto o proyecto de ley en el Consejo de Ministros. El titular de Trabajo, Valeriano Gómez, dijo ayer a patronal y sindicatos que si llegan a nuevos acuerdos, estos se incluirán en la ley en su tramitación parlamentaria.
La puesta en escena de los sindicatos, ayer, tras conocer el contenido del decreto de reforma de los convenios que aprobará hoy el Consejo de Ministros fue de total rechazo a los cambios diseñados por el Gobierno.
Al igual que manifestó el miércoles el líder patronal, los números dos de CC OO y UGT, Ramón Górriz y Toni Ferrer, aseguraron ayer no sentirse "ni vinculados ni comprometidos" con el contenido de la reforma que aprobará hoy el Ejecutivo y que enviará al Parlamento para su tramitación como proyecto de ley, con lo que el texto admitirá cambios vía enmiendas de los grupos.
En ese sentido, el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, sugirió a patronal y sindicatos que si se vuelven a sentar a negociar y llegan a algún tipo de acuerdo que modifique el texto gubernamental, "los grupos parlamentarios no tendrán ningún problema para incluirlo en sus enmiendas", indicó.
Entre 12 y 18 meses para renovar
Si bien el titular de Trabajo fijó una sola excepción: los convenios que no reúnan consenso para su renovación en un periodo de entre 12 y 18 meses (en el primer borrador se fijaban 20 meses) seguirán vigentes de forma perpetua (ultraactividad). Esto no admite cambios, según Gómez, pese a que era una de las principales reivindicaciones patronales. Los sindicatos se mostraron satisfechos con este punto: "Se salvan algunos muebles, como el de la ultraactividad", dijo Górriz.
En cualquier caso, y con toda seguridad, los grupos parlamentarios intentarán modificar el decreto del Ejecutivo en las Cámaras. De hecho, CiU ya hizo ayer público que no apoyará el texto tal y como está por considerarlo "desequilibrado" a favor del lado sindical.
Dicho esto y al margen de este llamamiento del Gobierno a seguir negociando, ayer fueron los propios representantes sindicales los que admitieron que tendrán que volver a sentarse con la patronal, en breve, una vez aprobada la norma para desarrollarla mediante acuerdos interconfederales.
Acuerdos interconfederales
"Claro que hay que seguir negociando con la patronal", dijo ayer Ferrer (UGT). Y concretó que la norma aprobada hoy debería desarrollarse, al menos, en tres acuerdos interconfederales referidos a la estructura de la negociación colectiva; la distribución de materias y de jornada y la mejora de los servicios de mediación y arbitraje.
En este sentido, Gómez y los responsables sindicales recordaron que la última gran reforma de 1994 ya se produjo de forma unilateral por parte del Gobierno y que luego se desarrolló mediante otros tres acuerdos interconfederales porque de lo contrario habría quedado en papel mojado, que es, según dijeron ayer, el mismo riesgo que corre la reforma actual si las partes no la desarrollan mediante pactos.
Quejas sindicales
Las críticas sindicales al texto del Ejecutivo se centraron ayer en el nuevo predominio del convenio de empresa sobre cualquier otro de ámbitos superiores (sectorial nacional, autonómico o provincial). "Esto rompe cualquier principio de acuerdo", indicó Ferrer. Además, señalaron que "no hay avances reales en una mayor participación de los sindicatos, ya que las nuevas competencias de las comisiones paritarias no son vinculantes".
Así, según explicó Gómez, dichas comisiones tratarán de resolver los conflictos en materia de salarios, jornada, clasificación profesional, modalidades de contratación o conciliación familiar y tendrán "días" para emitir un dictamen (siete días según el borrador).
De no llegarse a un acuerdo en este escalón de la negociación, las partes deberán acudir a los sistemas de mediación y arbitraje que, a partir de ahora, deberán establecer de forma obligatoria los convenios dentro de sus contenidos mínimos.
A vueltas con la flexibilidad interna
El ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, se defendió ayer de las acusaciones patronales que apuntan a que ha diseñado una reforma de los convenios que no incluye los suficientes mecanismos de flexibilidad interna que necesitan las empresas para remontar la crisis.Es más, Gómez respondió a los empresarios que antes de esta reforma de la negociación colectiva, el Gobierno ya aprobó con la reforma laboral dos mecanismos para aumentar dicha flexibilidad: hacer más fácil el recurso a los descuelgues salariales y a la modificación de las condiciones sustanciales de trabajo. A estas dos medidas sumó ayer Gómez la nueva prevalencia de los convenios de empresa, frente a los de ámbito superior, "salvo pacto en contrario".Es precisamente ese pacto el que temen los empresarios que fuercen los sindicatos en los convenios sectoriales superiores.
Sin efecto retroactivo
La reforma de los convenios afectará solo a los nuevos acuerdos colectivos a partir de su entrada en vigor, ya que, según explicó ayer Gómez, no se puede modificar el contenido ni la estructura de los ya pactados. Si bien los sindicatos recelan de esta circunstancia.