De la vaca loca a la gripe aviar
La crisis de los pepinos es la última epidemia alimentaria, pero no la única. En los últimos años se han producido varios brotes que han disparado las alertas entre la población.
La cepa de E.Coli localizada recientemente en Alemania ha confirmado una inusual virulencia a tenor de la evolución del brote de SHU (Síndrome Hemolítico Urémico) entre los afectados. En un principio se la identificó con el serotipo O157:H7, reconocido por primera vez en 1982 durante un brote de diarrea aguda con sangre en EE UU asociado al consumo de hamburguesas contaminadas. El O157:H7 fue asimismo responsable de numerosas infecciones entre 1996 y 1997 en Reino Unido y Japón, llegando a causar 16 muertos en Escocia. El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades estadounidense (CDC, de sus siglas en inglés) estima que esta cepa es responsable de 73.000 casos de infección y 61 muertes anuales en EE UU.
Sin embargo, el serotipo de la actual "crisis de los pepinos" es el O104:H4, una variante solamente notificada en dos casos anteriores: en 2001, también en Alemania y asociado a un caso de SHU, y en 2005, aislado exitosamente en Corea. El brote desencadenado esta vez se ha revelado altamente agresivo entre los adultos, especialmente mujeres-a diferencia del causado por el O157:H7, que afectaba principalmente a los niños.
En los últimos años, son varios los brotes epidémicos y crisis alimentarias que han disparado la preocupación de la opinión pública, tanto a nivel local como global:
Dioxinas en pollos y cerdos belgas
En mayo de 1999, las autoridades belgas informaron a la CE de un caso de contaminación grave en piensos compuestos que había sido distribuido a numerosas explotaciones de aves de corral en Bélgica. Se descubrió que fue un empresario belga quien introdujo la dioxina en la cadena de alimentación al reciclar grasas y aceites en la fabricación de pienso para pollos, que también llegó a España. El peor accidente registrado en Europa se remontaba a 1976, en Italia, cuando una fábrica de productos químicos liberó grandes cantidades de dioxina, asociadas a procesos cancerígenos y varias muertes. En el caso de Bélgica, los estudios redujeron el nivel de toxicidad y lo vincularon a un consumo continuado, y no puntual, de los pollos contaminados. Desde entonces, alarmas similares han vuelto a saltar en diversos países europeos, ordenando el cierre de cientos de granjas animales: Holanda, en 2003; Irlanda en 2008; y Alemania, recientemente, a principios de este año. En el último caso fueron casi 5.000 las explotaciones clausuradas, con pérdidas de unos 60.000 euros semanales por explotación.
Intoxicación por Coca-Cola
En Junio de 1999, Bélgica, Holanda y Luxemburgo retiraron del mercado varios productos de Coca-Cola tras registrarse cerca de 200 intoxicados. Las botellas procedentes de la fábrica de Amberes, al norte de Bélgica, contenían un exceso de dióxido de carbono, y también se encontró raticida en los palés de transporte de las latas fabricadas en Dunkerque (Francia). Los médicos descubrieron en algunos de los afectados una destrucción excesiva de glóbulos rojos en la sangre que puede ocasionar anemia, insuficiencia renal y, en casos extremos, la muerte.
La enfermedad de las 'vacas locas'
Los primeros casos de Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB) en reses se declararon en el Reino Unido en 1986. Diez años después se detectó una variante de la Enfermedad de Creutfeldt-Jacob en humanos, relacionada con la epidemia de EEB en el ganado vacuno. Esta enfermedad degenerativa da lugar a demencia, alteraciones nerviosas, problemas de coordinación y ceguera; síntomas que comienzan aproximadamente a partir de los 60 años. Un 90% de los afectados muere al cabo de un año. Desde 1990 se han reportado 171 muertes por la variante de Creutfeldt-Jacob en todo el mundo, la mayoría en Reino Unido y Francia. En España se cuentan cinco fallecidos.
En 2001, las organizaciones de agricultores y ganaderos cuantificaron en unos 140.000 millones de pesetas las pérdidas provocadas por la crisis de EEB en las reses. Esos gastos incluían la obligada retirada de la columna vertebral del animal para evitar la propagación de la enfermedad y la limpieza del ganado muerto. Además, el precio de los piensos de origen vegetal subió tras prohibirse las harinas de carne. Aquel año resultó ser catastrófico para el consumo de carne de vacuno: la caída global rondó el 20%, propiciando el alza en otras carnes.
Benzopireno en el aceite de orujo
En 2001, el benzopireno saltó a la palestra tras encontrarse supuestamente niveles de hasta 400 veces superiores a los tolerables en el aceite de orujo de oliva (un refinado químico de la masa sobrante de los orujos de la aceituna, más barato que el aceite de oliva virgen). El benzopireno es un residuo originado por la incompleta combustión de materiales orgánicos, que también se encuentra en el tabaco, las carnes asadas, frituras y alimentos ahumados, y que puede resultar cancerígeno.
La entonces ministra de Sanidad Celia Villalobos procedió a la retirada del aceite de orujo por el presunto riesgo sanitario, del que no se conocen casos de enfermedad vinculados. El sector planteó la falsedad de cualquier tipo de riesgo para la salud y esgrimió que "no había argumentación científica" que justificara la inmovilización. Las pérdidas acumuladas se han cifrado entre 60 y 70 millones de euros durante los dos a tres años posteriores al decreto.
Pollos precocinados con salmonella
En verano de 2005, una empresa toledana dedicada a la producción de pollos asados fue identificada como el foco de salmonella que provocó la infección de más de 2.700 personas en distintas comunidades autónomas. La Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESA) cree que la contaminación pudo ser provocada por una salsa incorporada en el producto.
Gripe Aviar
El primer brote conocido en humanos surgió en 1997, asociado a una enfermedad de transmisión entre aves. El primer caso se produjo en Hong Kong y después se extendió en Asia. Una erupción de influenza aviaria afectó en 2005 a 33 de 64 ciudades y provincias de Vietnam, llevando a la matanza de casi 1,2 millones de aves de corral. En octubre de ese año se confirmó el primer caso de H5N1 en la UE, un loro en cuarentena en Gran Bretaña. Después se extendería por Italia, Grecia, Austria, Alemania, Hungría, Eslovaquia, Eslovenia, Francia y, en julio de 2006, a España. En 2006 se descubrió en Nigeria por primera vez la cepa, que podría afectar hasta el 40% de los graneros, según el Instituto Nacional de Veterinaria del país africano.
En todo caso, no hay ninguna evidencia científica de que esta enfermedad se transmita a través del consumo de aves, ya que el virus se destruye al cocinar la carne.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que en la última década, más de 250 personas han muerto a causa de la gripe aviar, una cifra poco significativa teniendo en cuenta que la gripe común supone medio millón de muertes anuales.
Gripe A (porcina)
En abril de 2009, un brote de gripe en humanos detectado en México causó más de 20 muertes. Poco después se conoció que la causa no era un virus exclusivamente porcino, sino la nueva cepa de virus de gripe A. El H1N1 contenía material genético combinado de una cepa de virus de gripe humana, una cepa de virus de gripe aviaria, y dos cepas separadas de virus de gripe porcina.
La OMS elevó la alerta en junio a nivel seis, es decir, "pandemia en curso", clasificación que fue tachada de exageración por numerosos expertos e instituciones, dado que no definía el nivel de gravedad producido por el virus, sino que se limitaba a su extensión geográfica. En agosto de 2010, la OMS anunció el fin de la pandemia, que resultó tener una baja mortalidad -19.000 víctimas- en contraste con su amplia distribución.
Otros brotes
Apenas diez meses después del trágico terremoto que asoló a Haití en enero de 2010, un brote de cólera se cebó con la población de la isla caribeña. La zona más afectada fue un área rural a 100 kilómetros de la capital, Puerto Príncipe, donde se han llegado a contabilizar 4.835 fallecidos. La epidemia ha cruzado además la frontera a República Dominicana, que presenta 400 casos, y también se sabe que 300 venezolanos habían contraído la enfermedad tras su paso por la isla.
Entre 2008 y 2009 se registraron dos brotes independientes de listeriosis en Canadá y Chile. En el país norteamericano se relacionó con una planta de comida precocinada y fue causante de 22 muertes. En la nación sudamericana se saldó con 16 fallecidos, a raíz del consumo de alimentos de origen animal como cecinas, embutidos y quesos.