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Exige una rebaja fiscal para apoyar el nuevo plan del FMI y la UE

La oposición acorrala a Papandreu y coloca a Grecia al borde de la quiebra

La oposición conservadora exigió ayer al Gobierno socialista una rebaja de impuestos a cambio de apoyar el plan de ajuste del FMI y de la UE. La falta de consenso en Atenas amenaza con frenar la operación de rescate y con dejar a Grecia al borde de la quiebra.

La oposición acorrala a Papandreu y coloca a Grecia al borde de la quiebra
La oposición acorrala a Papandreu y coloca a Grecia al borde de la quiebraEFE

La Unión Europea y el FMI exigen a Grecia, como condición para liberar la próxima entrega del plan de rescate (12.000 millones de euros), un acuerdo entre Gobierno y oposición para llevar a cabo un drástico recorte del déficit y grandes privatizaciones.

Pero Antonis Samaras, líder de Nueva Democracia, el principal partido de la oposición en Grecia, descartó ayer cualquier compromiso a menos que el Ejecutivo de Yorgos Papandreu acepte una reducción del impuesto de sociedades y la congelación de otros gravámenes.

"¿Quieren subir impuestos y lograr un acuerdo con nosotros, que tenemos como prioridad reducirlos? Ni se lo planteen", advirtió ayer Samaras al primer ministro griego.

Papandreu dispone de mayoría suficiente en el Parlamento para aprobar las nuevas medias de austeridad (otro recorte de 6.400 millones de euros durante el segundo semestre de este año, para dejar el déficit en el 7,5) y poner en marcha las primeras privatizaciones (para intentar reanudar hasta 15.000 millones de euros antes de 2013). Pero Bruselas y Washington dudan de que Atenas pueda afrontar la resistencia popular al plan si no se logra un amplio consenso político para aplicarlo.

El Fondo Monetario Internacional ya advirtió la semana pasada de que no liberará la quinta entrega de su préstamo (de 3.300 millones de euros, prevista para finales de junio) si Grecia no ofrece garantías de que podrá hacer frente a su refinanciación durante los próximos 12 meses. El comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, añadía ayer que la UE aplicará el mismo criterio que el Fondo, por lo que tampoco liberaría su quinta entrega, de 8.700 millones. Sin esos préstamos, Atenas se vería abocada a la suspensión de pagos dentro de un mes.

La llave para evitarlo se encuentra, como ya ocurrió en abril en Portugal, en una oposición que puede sentirse tentada por la posibilidad de derrocar al Ejecutivo. En Lisboa, los conservadores rechazaron en el Paramento el plan de austeridad del Gobierno socialista de José Sócrates y provocaron el rescate internacional y las elecciones anticipadas.

En Atenas podría repetirse la jugada, aunque algo más írónica porque los socialistas ganaron el Gobierno saliente de los populares dejó en 2009 presunto déficit del 5%, que resultó ser más del triple.

El año pasado, Grecia logró reducir el déficit en cinco puntos, pero provocó una caída del crecimiento que requiere nuevos ajustes. Entre ellos figura un aumento en los impuestos sobre productos de lujo (yates, grandes propiedades, vehículos de gran cilindradas) para ingresar 770 millones; y en impuestos al consumo (IVA e indirectos) para ingresar 1.400 millones. Los populares prefieren una congelación para reactivar el crecimiento.

Volcker, contrario a una quita

La negativa reiterada del BCE a una reestructuración de la deuda griega recibió ayer el respaldo del expresidente de la Reserva Federal estadounidense Paul Volcker, que señaló que esta decisión podría empeorar aún más la situación no solo de Grecia sino del conjunto de la Europa periférica. Durante su intervención en una conferencia organizada ayer en la sede madrileña de BBVA por el Instituto Aspen, Volcker defendió que "la reestructuración de la deuda no resuelve el problema", sino que en todo caso lo agrava. En su opinión, Grecia no recuperará la confianza de los inversores con una reestructuración de su deuda pública sino con el cumplimiento de las reformas pendientes, que hagan a su economía más competitiva. "Es un verdadero desafío para la Unión Europea, que tendrá que ver qué está dispuesta a hacer para defender el euro". El expresidente de la Fed añadió que las ayudas europeas que reclama Grecia suponen una cuantía relativamente pequeña, si bien políticamente puede resultar "difícil" justificarlas ante la opinión pública.

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