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Columna
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La teoría del dominó de las 'commodities'

La caída de las commodities esta semana se traduce en problemas tanto para los inversores como para la economía mundial. No es que la reducción de precios de las materias primas como, por ejemplo, el petróleo no suponga un alivio para un mundo preocupado por la inflación. Es que precios inestables pueden paralizar a productores de petróleo y empresas. Y con tantos inversores metiéndose en esto de las commodities, los ritmos salvajes como el de la plata, que esta semana descendía vertiginosamente desde cerca de un 29%, podría comenzar una ola de ventas de otras materias primas, o, de manera similar, otros activos no relacionados.

Los inversores tienen que ver aún si habrá más deslizamientos de tierra o las commodities seguirán un ritmo ascendente, a pesar de la pausa. El índice de materias primas Reuters-Jefferies CRB aumentó un 27% el año pasado gracias, en parte, a la recuperación global y la demanda de China y los mercados emergentes asiáticos. También estuvo impulsado por los inversores que pedían prestado dólares baratos y los reinvertían en materias primas para apostar por el crecimiento del gigante asiático, la inflación y la debilidad del dólar.

Los precios altos del petróleo y otras materias primas suponen un lastre persistente sobre las ganancias y el crecimiento económico. Empresas y consumidores pueden llegar a adaptarse. Pero las grandes oscilaciones en los precios, por otra parte, paralizan la habilidad de los negocios para planificar el futuro y, por lo tanto, pueden acabar con la inversión y el crecimiento.

La volatilidad de una commodity puede también desencadenar una avalancha financiera como la que comenzó la crisis económica mundial. Una fuerte bajada podría provocar una estampida de inversores tratando de evitar nuevas pérdidas. Esta venta podría saltar rápidamente a otras materias primas agrupadas en los fondos negociados en Bolsa (ETF, en sus siglas en inglés).

La presión es más intensa para los inversores que emplean dinero prestado. Pueden comenzar a vender otros activos para cubrir sus pérdidas y pagar sus deudas.

Así que aquellos que piensan que la caída de los precios de las commodities es la respuesta a sus plegarias deberían tener más cuidado con lo que desean.

Waine Arnold

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