El activo de la monarquía
La familia real británica es un lujo asequible. Si los contribuyentes dejaran de financiar al clan destinado a ser dirigido por William Windsor y Catherine Middleton, se librarían de pagar 1.140 millones de libras. Para algunos, una carga que un Estado justito de dinero no puede afrontar. Pero un tesoro nacional.
Es cierto, la boda real dará lugar a un importante gasto. En primer lugar, habrá un día festivo más. Suponiendo que el PIB británico se reparte uniformemente a través de los 260 días de trabajo de un año normal, eso supone 5.900 millones de libras en pérdidas de producción. El coste directo de la celebración -que abarca todo, desde la alta costura a la seguridad- debe añadir otros 50 millones.
Las cifras parecen muy altas. Sin embargo, algunos de los costes son irrecuperables y otros son compartidos. Buena parte de la pérdida del PIB se recuperará. Así que el enfoque financiero debería basarse, por tanto, en la sobrecarga creciente que supone la monarquía para el Estado británico.
El último informe de The Royal Trustees muestra que la Reina y su comitiva recibieron 39,9 millones de libras desde el año pasado hasta marzo de 2011. Esa cifra se ha mantenido bastante estable, incrementándose tan solo un 1,6% anual durante la década.
Suponga que estos pagos se extienden a perpetuidad, aplique un descuento equivalente al rendimiento del bono británico a diez años, y el valor actual de ese pasivo ascendería a 1.140 millones. Es decir, menos de 19 libras por cada ciudadano británico.
Con una deuda en 1,1 billones de libras y los servicios públicos apretándose el cinturón, cerrar el grifo a la realeza sería un pequeño ahorro simbólico. Pero la economía británica echaría de menos el turismo y otros ingresos generados por la marca Windsor. Además, otro jefe de Estado costaría dinero.
La familia real británica es un anacronismo que no se inventaría de no existir. Pero por el valor del entretenimiento global por sí solo la monarquía se ha ganado su lugar en el portfolio nacional. Debería preservarse toda la pompa que representa esta boda real, abonarse a cargo de un presupuesto controlado, y disfrutarse.
Robert Cole