Las empresas prueban su resistencia a la crisis
La debilidad de la recuperación económica, las tensiones intermitentes de la deuda, los imprescindibles ajustes del gasto por parte del Estado, un consumo privado anémico y una exigua demanda interior, unido todo ello a que el mercado inmobiliario sigue purgando los excesos del pasado, dibujan un panorama en el que la generación de beneficios para las empresas del Ibex se complica seriamente a nivel nacional. En ese marco, llega la hora de la verdad para las compañías, que ya han empezado a presentar sus cuentas del primer trimestre.
Los datos de 2010 se beneficiaron de los ajustes del gasto y, en gran medida, de los ingresos extraordinarios, dos partidas que en 2011 ofrecen por tanto menos posibilidades para contribuir a la mejora de resultados. La vuelta al aumento en los beneficios del año pasado, tras dos años de caídas como consecuencia de la crisis, a los que se llegó tras el récord de resultados de 2007, se basaron en los extraordinarios y en la fortaleza del mercado exterior, que ayudaron a compensar la debilidad del negocio doméstico.
Los resultados del primer trimestre van a dar idea de cómo se desarrollará el ejercicio, pero no tienen por qué ser un termómetro infalible. Sin embargo, sí darán muestra clara de la resistencia de las empresas a la crisis y, una vez encarada la recuperación económica, de la capacidad de estas para estar en la primera línea a la hora de remontar el vuelo. La clave va a estar centrada en comprobar si realmente ha pasado lo peor y el esperado cambio de ciclo económico se atisba también en el negocio, sea por la estabilización o sea por la recuperación de las ventas y la sostenibilidad de estas a largo plazo. Tras la dura y larga crisis, los analistas esperan que la segunda mitad del ejercicio empiece a dar señales de recuperación económica. Aun así, la elevada tasa de paro siembra el pesimismo con respecto a la reactivación del consumo privado.
El consenso del mercado espera una mejora en los ingresos de las compañías del Ibex ligeramente superior al 4%, pero a la vez se calcula que el beneficio neto caiga en torno al 11%. La ausencia de ganancias extraordinarias en las grandes empresas, que en general no se volverán a dar este año, explica ese desfase entre resultados y cifra de negocio. Sin embargo, factores como la paralización del consumo añaden dosis de incertidumbre a las previsiones de los analistas. De hecho, la estimación de caída de los beneficios en 2011, que ahora alcanza los dos dígitos, era de solamente el 3% a principios de año.
La llave de la mejora en este ámbito, no obstante, va a estar en el despertar de los principales mercados exteriores en los que operan las compañías españolas. De este modo, una vez más será la actividad internacional la gran solución, lo que indica que aquellas empresas presentes en otros países van a estar entre las primeras que levanten el vuelo, igual que ocurrirá con las que estén más ligadas al ciclo económico. Y es en ese campo exterior en el que las empresas españolas han decidido acertadamente jugar fuerte y en el que deben seguir apostando de manera decidida.
Precisamente esta misma semana, el grupo Inditex ha abierto su primera tienda de la cadena Zara en Australia, el único continente que le faltaba. Esa estrategia global ya es común en la práctica totalidad de las empresas del Ibex, en las que el mercado doméstico pesa cada vez menos. El pasado año, el negocio generado en el exterior representó algo más del 54% del total, un porcentaje encaminado a aumentar por los planes de crecimiento de las compañías que, además de América Latina, han decidido fijar también en Asia su área de desarrollo.
A pesar de las incertidumbres geopolíticas, de la debilidad del mercado interior y de la exasperantemente lenta salida de la crisis, las empresas que lo han sabido hacer bien tienen hoy más músculo que hace tres años. Los ajustes de costes -muchos en el capital humano-, la mejora de procesos y su optimización en busca de la eficacia han puesto a aprueba su resistencia a la crisis. A pesar de esta, el consenso prevé que en 2011 el 60% de las compañías del Ibex ganen más que el año anterior. Pero la noticia solo será buena del todo cuando además empiecen a crear empleo de nuevo.