Más exigencias para la banca británica
La Comisión Independiente de Servicios Bancarios de Reino Unido ha conseguido un equilibrio adecuado. Sus recomendaciones constituyen un paso significativo para resolver un problema "demasiado grande como para no resolverlo". La banca ha resistido duras reformas y ha forzado rupturas en unidades de banca minorista y de inversión que podrían haber conducido a los bancos británicos a paraísos fiscales sin hacerlos más seguros.
La principal idea de la comisión es garantizar a las entidades pequeñas operaciones como captación de depósitos, servicios de pagos y préstamos a particulares y pymes. Estos serían capitalizados y fundados por separado. El objetivo es que si un banco de inversión de ámbito universal se mete en problemas, el brazo comercial estaría protegido. Esto, a su vez, hace más fácil para el Gobierno no tener que rescatar a un banco de inversión con problemas.
La comisión no cree, sin embargo, que tal filialización sea una solución mágica que resuelva todos los problemas. Para empezar, si un banco de inversión verdaderamente grande -como Barclays Capital- fuera a la quiebra, no sería fácil para el Gobierno quedarse con los brazos cruzados. Hay que recordar que Lehman Brothers causó estragos aunque no tenía operaciones minoristas. La comisión señala con acierto que son necesarios sistemas de resolución transfronteriza para permitir que si tales gigantes mundiales fallan tengan un red de seguridad. Y Reino Unido no puede hacer eso por si solo. La filialización no trata tampoco de lo que podría denominarse como el caso Northern Rock. La banca mediana de Reino Unido está conformada por bancos comerciales e, incluso así, se han metido en un lío colosal. Las ideas de la comisión sobre qué hacer con estos son más convencionales: una mayor amortiguación. Operaciones minoristas de clase 1 con ratios de capital básico del 10%. Además se plantea que sea el mínimo para los bancos de peso sistémico en cualquier parte del mundo. Por último, el organismo quiere, con razón, fianzas para los créditos a instituciones fallidas.
La comisión no ha propuesto que Reino Unido establezca objetivos unilaterales de capital para los bancos de inversión que operen en el país. El hecho de que haya rechazado la separación entre banca de inversión y minorista significa que Barclays y HSBC no cumplan con sus amenazas de trasladarse de país.
George Hay