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Vida profesional

Allen & Overy insta a vestir con discreción en reuniones

El despacho veta las minifaldas y pide a los letrados cepillarse los zapatos.

Allen & Overy veta las minifaldas
Allen & Overy veta las minifaldas

Ni plataformas de vértigo ni faldas cinturón. El despacho de abogados Allen & Overy ha decidido atajar el continuo trasiego de abogadas -principalmente en periodo de prácticas- que asisten a las reuniones con clientes subidas en zapatos altos y ataviadas con vestidos minifalderos. El despacho británico acaba de enviar un e-mail en el que se informa de las reglas de apariencia en reuniones e insta a vestir adecuadamente a su personal femenino, incidiendo en la prohibición de faldas cortas y high heels de 20 o más centímetros. Por su parte, a los hombres les pide más cuidado con el cepillado de zapatos.

"Nuestra firma ha implantado el business casual para que los profesionales puedan trabajar de forma cómoda, sin embargo, cuando el letrado tiene que reunirse con un cliente, exigimos que lleve traje tanto si es un hombre como una mujer", ha explicado a CincoDías el portavoz de la firma desde Londres.

En la City, según señala este portavoz, el traje empieza a no resultar imprescindible los días laborables, sino únicamente cuando el abogado concreta una cita de negocios con un cliente. En España, sin embargo, la práctica del traje sigue siendo la tónica común entre profesionales, con la única excepción del viernes, donde se permite algo más de informalidad en el vestuario.

Las abogadas españolas son "más sensibles" a vestir apropiadas, explican

"Por este motivo, en España no ha hecho falta enviar cartas notificando estas reglas, ya que las mujeres abogadas suelen ser más sensibles a las fórmulas de vestir correctas en cada ocasión", añade sonriendo el portavoz.

No obstante, en el e-mail a las británicas tampoco se especifica cuál es el largo correcto de una falda para ir a trabajar, porque "entendemos que las mujeres son lo suficientemente inteligentes, y mucho más nuestras empleadas, para saber cuáles son las reglas del decoro", explican en esta firma de abogados.

No es la primera vez que ocurre algo parecido. En enero pasado, el banco de inversión UBS publicó 44 páginas sobre cómo deberían vestirse sus empleados. En ellas, se explicaba desde el color de la ropa interior -a ser posible evitando las transparencias- hasta la longitud de las uñas pintadas -cortas-. También JP Morgan destacó en 2003 por llamar la atención sobre el atuendo de la plantilla.

La práctica en España es diferente. En los 120 folios de la memoria de RSE que Garrigues ha publicado no aparece ninguna mención sobre cómo deben ir los abogados de la firma, sin embargo en septiembre suelen hacer un cóctel para dar la bienvenida a los becarios -336 el año pasado, de ellos el 52% mujeres- y allí se les informa de varios aspectos que rigen la firma, como "la estructura de los departamentos internos y servicios de apoyo, así como las normas profesionales y éticas".

Son métodos para cuidar al cliente y para indicar el respeto del abogado hacia cada caso, según imponen las leyes del protocolo.

El atractivo, a la baja

La discriminación por el físico se encuentra, hoy en día, tan castigada que las empresas británicas y norteamericanas han pasado de solicitar la fotografía en el currículum a incluso penalizar a quienes la adjuntan."Es algo que está a la orden del día de los headhunters ingleses y estadounidenses, pero que en España no acaba de implantarse. La foto suele mandarse, aunque también es algo voluntario", añaden desde una empresa española de selección de personal.En EE UU, el atractivo y la forma de vestir de una empleada de Citigroup, Debrahlee Lorenzana, le valió un despido, por considerarla demasiada provocativa, según su propia versión.El atuendo, en cualquier caso, siempre será un tema controvertido. En sentido contrario, ocurre también en Francia con el burka, de ahí que la medida sea el término medio.

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