Portugal depende de un pacto político
Llevó su tiempo, pero Portugal finalmente lo consiguió. Esta semana el primer ministro portugués admitió que no tuvo más remedio que solicitar formalmente un rescate a la zona euro y al FMI. Los bancos del país y los mercados financieros han enviado mensajes inequívocos en los últimos días. Los bancos habían alertado de que no podrían comprar deuda portuguesa mucho más tiempo e instaron al Gobierno a buscar un salvavidas financiero. El miércoles los mercados pidieron casi un 6% de interés para prestar dinero a Portugal durante un año. La verdadera pregunta ahora es qué tipo de condiciones pueden exigir sus socios a Portugal a cambio de la ayuda y si pueden estar seguros de que el plan de rescate conseguirá el apoyo político del Gobierno que salga de las elecciones de junio.
El mejor escenario sería que los negociadores internacionales lograran -antes de las elecciones- un acuerdo de todos los partidos para poner en marcha un programa de varios años. Eso permitiría a Portugal obtener entre 60.000 y 80.000 millones de euros. Pero las medidas de austeridad propuestas por el Gobierno socialista fueron rechazadas por la oposición. Por tanto, un acuerdo significaría para ésta admitir que sumió al país en el caos. Si no lo hace, lo estará exponiendo a otra bajada en su calificación y perjudicará a los bancos portugueses.
La zona euro no puede permitirse el lujo de no ayudar a Portugal, por lo que en el corto plazo debe decidir cuánto va a rebajarse para asegurar la estabilidad. Si el acuerdo político no es posible, la eurozona tendrá que tomar lo que pueda y dar lo que debe.
Por Neil Unmack