El heredero de Mr. Bell
La compra de T-Mobile USA convierte a AT&T en líder de la telefonía móvil. Es la apuesta personal de este hombre que empezó a los 17 años en la compañía
Es su apuesta más audaz, la más arriesgada. Randall L. Stephenson, presidente y consejero delegado de AT&T, aprendió de su predecesor, Edward Whitacre Jr., el poder de una gran operación. Hasta 14 fusiones concretó Whitacre entre 1990 y 2007, transformando la firma en la mayor compañía de telecomunicaciones del mundo por ingresos y capitalización de mercado. Stephenson, 51 años en abril, ha demostrado ser un alumno aventajado. El pasado 20 de marzo anunció por sorpresa la compra de T-Mobile USA a Deutsche Telekom por 39.000 millones de dólares (unos 27.600 millones de euros), la mayor fusión empresarial del año en Estados Unidos.
Buen trabajo Mr. Stephenson-Bell. Cuando Deutsche Telekom comenzó a estudiar opciones para su división estadounidense T-Mobile USA, la venta a AT&T era probablemente la última que el presidente de la alemana, René Obermann, tenía en la cabeza. Cuatro meses ha tardado su colega estadounidense en convencerle de que la operación era una buena idea. Stephenson voló a Alemania el pasado mes de diciembre para proponerle un acuerdo, madurado en sucesivos encuentros en diferentes lugares del mundo, entre ellos el Mobile World Congress celebrado el pasado mes en Barcelona.
Es un paso de gigante para AT&T, heredera de la empresa creada por Alexander Graham Bell y antiguo monopolio. Con 130 millones de clientes, la compañía arrebata el liderazgo de la telefonía móvil en EE UU a Verizon Wireless, una empresa conjunta entre la estadounidense Verizon y la británica Vodafone. AT&T no pudo con esta competencia a pesar de haber tenido durante varios años la exclusiva para el mercado estadounidense del iPhone de Apple.
Stephenson es el número 59 en la lista de los ejecutivos mejor pagados en 2010 de la revista 'Forbes'
Precisamente en el éxito de ventas del iPhone radica uno de los quebraderos de cabeza de AT&T: los problemas de capacidad de su red en las grandes ciudades. La compra de T-Mobile USA -operación pendiente de la aprobación de las autoridades estadounidenses- le ayudará a afrontar el aumento del tráfico, reconoce Stephenson, así como las inversiones prometidas en la red 4G para ofrecer comunicaciones móviles de alta velocidad al 95 % de la población estadounidense.
Randall Stephenson era un alumno de Price College of Business en la Universidad de Oklahoma, con un hermano mayor empleado como técnico en Southwestern Bell Telephone (adquirida en 2005 por AT&T) que le proporcionó un trabajo nocturno cargando cintas en los ordenadores. Así comienza su historia en la compañía. Después de graduarse, la empresa le ofreció un puesto en el Departamento Financiero. La entrevista era en St Louis y a Stephenson, por entonces un hombre casado al que no le sobraba el dinero, le preocupaba quien pagaría el billete de avión. Ellos pagaron el viaje y él llegaría a ser presidente y consejero delegado de una compañía que ha cambiado el modo en que el mundo se comunica. Es algo que su hermano, que sigue trabajando para AT&T en Norman (una ciudad de su Oklahoma natal, sede de la Universidad), todavía le recuerda.
El éxito profesional ha llevado a Randall Stephenson al puesto 59 de la lista de los ejecutivos mejor pagados de Forbes. La revista le calcula una compensación total de 27,3 millones de dólares en 2010.
Antes de ocupar su actual despacho en Dallas, sede de AT&T, Stephenson desempeñó diferentes responsabilidades, incluyendo una misión en México D.F como director de Finanzas de SBC, supervisando los intereses de esta compañía en Teléfonos de México (SBC Communicatios se fusionó con AT&T en 2005). Hace escasamente un mes, Stephenson recordaba los felices tiempos de la relación con Telmex en el almuerzo que el presidente vitalicio de la teleco mexicana, Carlos Slim, organizó para conmemorar el 20 aniversario de la privatización de Telmex. Prueba de esa exitosa relación es que México "cuenta con una infraestructura en telecomunicaciones de clase mundial", según el primer ejecutivo de la multinacional estadounidense.
En 2005, la compañía le hizo sitio en el consejo de directores y dos años después fue nombrado presidente y consejero delegado. Stephenson ha impulsado el crecimiento de la compañía en diversas áreas, con más de 18 millones de clientes en telefonía móvil en los últimos dos años. Aunque no todos contentos. Los medios de comunicación de EE UU divulgaron el caso de un usuario que envió un correo electrónico a Stephenson manifestándole su malestar con el servicio de la compañía. En respuesta, la empresa le amenazó con acciones legales.
La filantropía mejora bastante su imagen. Stephenson ha impulsado la mayor iniciativa educativa en la historia de la compañía. Se trata de AT&T Aspire, un programa de 100 millones de dólares destinado a ayudar a los estudiantes a preparar su futuro laboral. Las estadísticas revelan que 1,2 millones de estudiantes abandonan la secundaria al año. æpermil;l, que reconoce que una de las cosas que aprendió en la universidad fue cómo pensar, de gran utilidad en la toma de decisiones a lo largo de su carrera, quiere aportar su granito de arena para que las generaciones del futuro puedan competir en el mercado global. Educación y juventud son sus prioridades. El consejero delegado de AT&T es miembro del comité ejecutivo nacional de los Boy Scouts de América (BSA). Además, tiene una participación muy activa en la organización caritativa United Way of Metropolitan Dallas.
Los americanos están acostumbrados a ver a Randall Stephenson y su esposa Lenise, su novia desde los 13 años, en actos benéficos. La señora Stephenson es también habitual en los rankings de las mujeres más poderosas. Tienen dos hijas, Randi Lin y Abby. En su tiempo libre, el presidente de AT&T disfruta jugando al golf. En su último golpe, Stephenson ha lanzado la compañía a lo más alto del mercado de telefonía móvil más competitivo del mundo.