Deutsche Bank acusa a los afectados de Lehman en España de "avaricia"
La defensa de Deutsche Bank aseguró hoy que los clientes españoles que compraron participaciones de Lehman Brothers y varios bancos islandeses quebrados a través de la entidad actuaron por "avaricia" y no le pidieron asesoramiento porque buscaban estos productos por recomendación de personas cercanas.
Durante el juicio celebrado hoy en el Juzgado de Primera Instancia número 56 de Madrid por la demanda presentada contra Deutsche Bank por 35 clientes, el letrado de la entidad, Guillermo Frühbeck, rechazó que se deba abonar la indemnización de 3 millones de euros reclamada.
Frühbeck subrayó que los afectados no solicitaron al banco que les asesorara porque ya lo habían hecho otros y afirmó que éstas "son cosas que se hablan en familia".
Para el letrado, los demandantes actuaron movidos por la "avaricia" y, tras ver frustradas sus inversiones, se "inventaron los hechos" para "adaptarlos" y salir beneficiados de la legislación española.
Por su parte, los afectados, representados por los bufetes Jausas y Zunzunegui, acusan a la entidad de incumplir las obligaciones de información, diligencia y lealtad en la comercialización de participaciones preferentes de Lehman y los bancos islandeses Landsbanki y Kaupthing.
Según el abogado de los demandantes, Fernando Zunzunegui, la entidad ha incumplido sus obligaciones profesionales, ya que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) estipula que las entidades tienen que informar a los inversores, realizar un perfil de sus intereses y presentarles un cuestionario sobre sus conocimientos financieros en todo caso.
Por el contrario, los testigos del banco sostienen que cuando efectuaron las operaciones no estaban obligados a evaluar los conocimientos de sus clientes, ya que todavía no había entrado en vigor la normativa Mifid, de 2007, que es la que dispone que se lleve a cabo dicho test.
En este sentido, la veintena de testigos que ayer prestaron declaración a petición de la defensa de Deutsche Bank -todos ellos empleados del banco- afirmaron que se limitaron a ejecutar las operaciones y no asesoraban a los clientes sobre el riesgo de sus inversiones.
A su vez, Frühbeck señaló que varios de los inversores ya habían contratado participaciones preferentes en otras ocasiones, y que también tenían conocimientos financieros, al tiempo que subrayó que tuvieron una información "exacta" de los productos que habían comprado, ya que percibieron su rendimiento.
No obstante, el autor de uno de los informes periciales sobre el caso, el catedrático de Economía Financiera de la Universidad Autónoma de Madrid Prosper Lamothe, aseguró que las acciones preferentes, en cuya comercialización Deutsche Bank actuó como "mediador", son un producto "complejo" y "no apropiado" para una persona que no tenga una preparación sobre temas financieros.
Asimismo, indicó que estos productos gozan de mucha menos liquidez que las acciones ordinarias, por lo que "no son adecuados" para inversores minoristas.
Por su parte, el otro perito citado por los demandantes, el catedrático de Economía de la Empresa de la Autónoma José Durán, aseguró que el perfil de los afectados es "conservador", y señaló que muchos de ellos no habrían apostado por propia iniciativa por entidades que, como Lehman, se encontraban próximas a la quiebra.
Sin embargo, el perito citado por la defensa, el profesor del Colegio Universitario de Estudios Financieros (CUNEF) de la Complutense, Ricardo Queralt, apuntó que las principales agencias de calificación mantenían en niveles elevados las notas de Lehman y de los bancos islandeses poco antes de quebrar.
El juicio, que ha quedado visto para sentencia, se ha producido el mismo día en el que el Tribunal Supremo Alemán ha condenado a Deutsche Bank a pagar una indemnización de 540.000 euros a un empresario por las pérdidas que le causaron los negocios de alto riesgo que le había propuesto el banco.