Europa reabre el debate sobre la seguridad de la energía nuclear
Las explosiones nucleares ocurridas en Japón tras el terremoto del viernes han reabierto el debate sobre la seguridad de las centrales y la prolongación de su vida útil. En Europa los efectos ya se han hecho notar y Bruselas ha convocado una reunión extraordinaria para analizar las consecuencias.
El tsunami que arrasó la costa japonesa está revolviendo también la política nuclear. Alemania ha anunciado que suspenderá las prórrogas de vida útil de las centrales; Finlandia y Suiza también han anunciado cambios en su política nuclear y Bruselas ha convocado una reunión de expertos en la materia .
La prolongación de la vida útil de las centrales nucleares ha sido, hasta hace poco, uno de los temas que han centrado la atención del Gobierno. En 2009, el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero se comprometió a cerrar aquellas plantas que cumplieran 40 años, pero con el paso del tiempo su postura se ha ido suavizando. El portavoz del PSOE, Marcelino Iglesias, ha advertido que no es el momento de abrir el debata sobre lo nuclear, aunque sostiene que los ciudadanos "ya conocen la postura" socialista. Por su parte, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, ha afirmado que su partido "siempre ha defendido la seguridad de todas las fuentes energéticas. Cospedal eludió pronunciarse sobre la postura de FAES, la fundación del expresidente del PP José María Aznar, que defiende la creación de nuevas centrales. "La FAES es la FAES", ha zanjado.
Ante esta situación los ecologistas recriminan la indecisión de la política energética, tal y como señala Sara Pizzinato, responsable de la campaña de energía de Greenpeace. Lo sucedido en Japón, y en concreto, en la central de Fukushima, ha activado las alertas. Los ecologistas advierten de las semejanzas entre la japonesa y la española Garoña ya que, aseguran, ambas poseen el mismo cubo de cemento y reactores similares que datan de 1971 elaborados por General Electric. Por su parte, los defensores de la energía nuclear consideran que no se pueden extraer conclusiones de los hechos desencadenados tras el terremoto y alegan que en España, la probabilidad de que se produzca algo similar "son remotas", según ha anunciado la presidenta del Foro de la Industria Nuclear Española, María Teresa Domínguez, en rueda de prensa.
En esta misma línea, el ministro de Industria, Miguel Sebastián, dijo este fin de semana que las centrales de nuestro país "son seguras" y que nuestro parque nuclear "es joven" de forma que continuarán funcionando si el Consejo de Seguridad Nuclear no dictamina otra cosa.
Tests de resistencia en Europa
Pero el debate no es exclusivo de nuestro país. En Alemania, Angela Merkel estudia la posibilidad de suspender de manera temporal la ley aprobada a finales de 2010 según la cual se prolongaría 14 años la vida útil de las nucleares. El vicecanciller y titular de Exteriores, Guido Westerwelle, ha señalado que su gobierno quiere revisar la seguridad de las 17 centrales y no cierra la puerta a un posible cese de la actividad en alguna de las plantas.
En Austria, un pais que prohíbe constitucionalmente las centrales nucleares en su territorio, el ministro de Medio Ambiente, Nikolaus Berlakovich, ha pedido a sus colegas europeos que se realicen pruebas de estrés a las centrales que hay en la Unión Europea. La propuesta ha sido respaldada por eurodiputados de los dos principales grupos del Parlamento Europeo, el popular y el socialista, lo que indica que la iniciativa tiene visos de salir adelante.
Y mientras, Suiza ha anunciado la suspensión de las licencias para la construcción de tres centrales en tanto se revisan los condicionantes para la seguridad, y Finlandia ha avanzado cambios en su política nuclear.
Pizzinato considera que los últimos acontecimientos ponen de manifiesto que la industria nuclear se encuentra incapacitada para garantizar la seguridad. Valora lo sucedido como "una advertencia para España". Así mismo, la ecologista defiende que la energía nuclear está obsoleta y que en contra de lo que otros alegan "no disminuye la dependencia energética debido a que España importa el 100% del uranio", la mayoría de él procedente de Francia.
La industria nuclear se muestra favorable a prolongar la vida de las centrales hasta los 60 años y se aferran al ahorro energético que ello supondría. En un momento de gran dependencia energética y con el precio del petróleo en alza después de las revueltas en Oriente Medio, esta energía se revela como una alternativa. Además, señalan que contribuye a la reducción de las emisiones de CO2, algo con lo que se muestra de acuerdo el ministro Sebastián.
La ecologista de Greenpeace, Sara Pizzinato, cree que este tipo de energía no es una alternativa ya que genera grandes riesgos, entre los que se encuentran la gestión de los residuos. Las renovables, son, según su opinión, la única alternativa que podría solucionar los problemas climáticos, disminuir la factura y dependencia energética y garantizar la seguridad de la población.
La preocupación por las consecuencias de la crisis nuclear en Japón se han instalado en Europa, donde las plantas atómicas producen alrededor de la tercera parte y el 15% de la energía consumida en la UE. Bruselas revisará entre hoy y mañana la situación de las centrales en el continente en un Consejo Extraordinario al que acudirán los ministros de Medio Ambiente europeos, los responsables de los organismos de control atómico nacionales y las empresas fabricantes y propietarias de plantas nucleares.
Estados Unidos vuelve a suspender los programas
A la espera de que la crisis nuclear de Japón no degenere en un nuevo Chernóbil, el grueso de los expertos coincide en valorarla con una importancia similar al accidente de Harrisburg, Estados Unidos, en 1979. Después de décadas de moratoria nuclear, este último país se aprestaba a la construcción de nuevas centrales como parte de la lucha por la independencia energética y contra el cambio climático. El presidente Barack Obama era un firme defensor de la energía nuclear por motivos ambientales, aunque el episodio japonés ha moderado su discurso. Así, el país se apresta a una nueva pausa en la concesión de permisos y la construcción de centrales, en tanto se extraen las lecciones de Japón en materia de seguridad.